1. Nos tenemos presupuesto
Un día se te acabará el contrato y verás como tus jefes destacan tus cualidades y el buen trabajo que has desarrollado. Será entonces cuando te dirán que, lamentablemente, la empresa no puede afrontar el gasto de renovar a una persona porque los ingresos han disminuido. La economía es el pretexto favorito de los empresarios.
2. Somos un gran equipo
Los jefes tienden a idealizar la situación entre los empleados en su afán por crear un ambiente de confianza con ellos. Pero, te darás cuenta de que, en el fondo nada es tan transparente como parece y que, en realidad, sólo quieren que saques su negocio adelante, independiente de tu grado de motivación en la empresa. Les conviene tenerte contento.
3. La participación es voluntaria
Desde un principio ofrecen la libertad de realizar diferentes funciones y hacer más horas extras si el empleado así lo prefiere. A la larga, si no te muestras activo en los proyectos propuestos y te limitas a trabajar, tu jefe cambiará su actitud hacia ti y tendrás más posibilidades de ser despedido.
4. Nos importa tu situación
Ten claro que una empresa subsiste gracias a los beneficios resultantes de un buen trabajo. Cada uno juega su moneda y los empresarios priorizan su éxito ante tu situación. Si escuchas esta frase, tienes que saber que sólo está intentando quedar bien ante su equipo. En realidad, nunca te han preguntado cómo te sientes y si estás satisfecho con tu labor.
5. Los rumores sobre despidos son falsos
Todo tu equipo sabe que la empresa está pensando en prescindir del trabajo de alguno de tus compañeros. Es un secreto a voces. Aún así, los jefes tienden a calmar los ánimos y, como consecuencia, inventan sus propias mentiras. Se cubren las espaldas para que no se especule con la situación de la empresa.