La cadena británica de grandes almacenes Marks & Spencer (M&S) registró un beneficio neto atribuido de 431 millones de libras (505 millones de euros) al cierre de su año fiscal, lo que representa una mejora del 18,6% respecto del resultado contabilizado en el ejercicio precedente.
De este modo, dada la solidez del balance, junto con la mejora sostenida del rendimiento, M&S considera que cuenta con el margen de maniobra y la confianza para invertir para el crecimiento futuro, así como para introducir un dividendo anual de 3 peniques por acción, el primero desde 2019.
Las ventas de M&S sumaron 13.109 millones de libras (15.344 millones de euros), un 9,4% por encima de los ingresos contabilizados un año antes, mientras que la deuda neta de la compañía bajó un 17,8%, hasta 2.170 millones de libras (2.540 millones de euros).
En concreto, las ventas de alimentación en Reino Unido crecieron un 13%, hasta 8.158 millones de libras (9.549 millones de euros), mientras que el negocio británico de hogar y ropa aumentó un 5,3%, hasta 3.910 millones de libras (4.577 millones de euros). De su lado, el negocio internacional retrocedió un 1,4%, hasta 1.039 millones de libras (1.216 millones de euros).
«Dos años después de nuestro plan de ‘Remodelación para el Crecimiento’, podemos ver el comienzo de un nuevo M&S», ha declarado Stuart Machin, consejero delegado de la compañía, destacando que los negocios de alimentación y ropa y hogar han logrado 12 trimestres consecutivos de crecimiento de las ventas.
Sin embargo, el ejecutivo ha insistido en que M&S debe avanzar más rápido en las áreas donde el progreso ha sido más lento, construyendo una infraestructura digital y tecnológica más efectiva, acelerando el paso hacia una experiencia del cliente verdaderamente personalizada y restableciendo las prioridades a nivel internacional.