La filantropía ha vivido un boom en los últimos 25 años, un periodo en el que se han creado el 72% de las fundaciones existentes en la actualidad. Los grandes patrimonios, ya sean familiares o corporativos, han mostrado su deseo de aportar más, hacerlo de forma más estratégica e incrementar el impacto de sus inversiones sociales. Un número cada vez mayor de filántropos están constituyendo fundaciones y otras instituciones para focalizar, canalizar e incrementar estas inversiones.
Esta tendencia explica que se hayan rebasado las 260.000 fundaciones en 39 países, según el Global Philanthropy Report, un estudio patrocinado por UBS y realizado por un equipo de investigadores por el Hauser Institute for Civil Society de la Harvard Kennedy School. Dicho estudio pone en relieve la alta concentración de este tipo de organizaciones, pues el 60% se encuentran radicadas en Europa y otro 35% en EE.UU. Se trata de un sector reciente, como queda patente por el hecho de que cerca de tres cuartas partes de las fundaciones identificadas en el informe se hayan creado en los últimos 25 años.Si se atiende a su naturaleza, más del 90% de las fundaciones tienen un status independiente, aunque existen matices regionales muy significativos. Así, el modelo independiente es predominante en EE.UU. (96%) y Europa (87%). Las fundaciones promovidas por compañías son más importantes en Latinoamérica (50%), mientras que las relacionadas con el sector público son más comunes en Emiratos (73%) y China (38%). Por su parte, África destaca por la prevalencia de fundaciones familiares (35%).
El patrimonio de las fundaciones suma los 1,5 billones de dólares a escala mundial, aunque la mayor parte de los activos son de las estadounidenses (60%) y europeas (37%). Curiosamente, los países con más fundaciones en relación a su renta son Holanda y Suiza, con más de un 10% del PIB. A gran distancia, hay un segundo grupo en el que está presente España (2,4%), país en el que se contabilizan 8.866 fundaciones, con un volumen de activos manejados de 29.000 millones de dólares.
Los datos anteriores conforman un panorama de iniciativas filantrópicas relativamente modestas, en el que el 90% de las fundaciones tienen un patrimonio inferior a los 10 millones de dólares. Cerca de un 50% tiene menos de un millón de euros. Independientemente de su envergadura, las fundaciones españolas destacan por el vigor de sus inversiones. La comparativa entre la utilización de activos y el volumen de estos arroja una tasa de gasto del 37%, por delante de Francia y China. Este capítulo, que pretendo mostrar el potencial de dichas entidades para obtener un impacto social en el corto plazo, cuadriplica la media global del 10% y se sitúa a gran distancia de EE.UU. (9%), Holanda (7,5%) o Inglaterra (7,2%).
La educación es la principal prioridad de las fundaciones estudiadas, ya que el 35% dedica al menos una parte de sus recursos a este campo. Otras prioridades son los servicios sociales y el bienestar (21%), la salud (20%) y las artes y la cultura (18%). Latinoamérica es el área más enfocada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible promovidos por la ONU, en particular con la educación de calidad (Objetivo 4), la salud y bienestar (Objetivos 3), la lucha contra la pobreza (Objetivo 1) y el trabajo ético y el crecimiento económico (Objetivo 8).
El informe de UBS percibe un cambio operativo en las fundaciones hacia un modelo de donantes múltiples y captación de subvenciones públicas, menos expuesto a los avatares de sólo una fuente principal de financiación. Asimismo, crece la percepción de la importancia de la colaboración y asociación con organizaciones similares y gobiernos, en busca de mayor impacto y dimensión, si bien este tipo de alianzas son difíciles de crear, gestionar y sostener.