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Precios psicológicos: así funcionan

Llamamos precios psicológicos a las estrategias que buscan apelar a la emoción del cliente para aumentar el número de ventas fijando precios estratégicos. En muchas ocasiones reducir unos céntimos del precio, o incluso aumentarlos para fijar un precio más atractivo psicológicamente, pueden fomentar notablemente las ventas de un producto.

En el mundo del marketing existen numerosas estrategias de fijación de precio que se utilizan dependiendo de la categoría del producto, el público al que estén destinados y los objetivos que se pretendan conseguir, pero estas cinco técnicas son de las más utilizadas y de las más efectivas, y te contamos porqué.

PRECIO REDONDO

La estrategia del precio redondo se utiliza para aquellos productos que compramos a través de emociones, no de necesidad. Si somos conscientes de que nos estamos dando un capricho y el precio del producto es redondo, subjetivamente concebimos que estamos haciendo la elección perfecta.

PRECIO IMPAR

Entre los números impares que más llaman la atención en el precio de un producto se encuentran el 5 y el 9, ya que lo percibimos como una oferta y el precio nos parece inferior al que realmente es. Al leer de derecha a izquierda, nuestro cerebro se queda con la primera cifra, es decir, con la cifra principal. Por ejemplo, aunque entra 19,99€ y 20€ solo exista un céntimo de diferencia, leemos el precio como “diecinueve con algo”.

PRECIO HABITUAL

Hay algunos productos tan comunes que el comprador ya identifica su precio sin ni siquiera mirarlo, por lo que debes respetar el precio habitual, ya que si lo varías provocarías una sensación de desconfianza.

PRECIO RELATIVO

Se llama precio relativo al precio de aquellos productos que ponemos en comparación con otros productos de precio superior para que el comprador no lo perciba como un precio tan elevado. Más que una estrategia de precio es una estrategia de distribución en tienda, ya sea online o física.

PPRECIO DE PRESTIGIO

Se trata de colocar un precio elevado al producto para que el cliente lo perciba como un objeto de mayor calidad respecto a los productos de la competencia. El cliente optará por consumir el producto con un precio de prestigio porque lo entenderá como una señal de estatus social y económico elevado. Esta técnica de precio psicológico solo funciona si el diseño del producto es diferente y más sofisticado que el resto.