Celsa cerró el ejercicio de 2023 con un resultado anual consolidado después de impuestos de 459 millones de euros, que hubiera sido de 918 millones de euros de pérdidas sin el proceso de reestructuración, según un proceso de auditoría.
«La compañía ha salido de la UCI, pero sigue en el hospital», ha valorado el presidente de Celsa, Rafael Villaseca, junto al consejero delegado, Jordi Cazorla, en la primera rueda de prensa de la empresa tras el plan de reestructuración.
El nuevo equipo directivo inició a finales de 2023 un proceso de auditoría, consolidación financiera y corrección de salvedades contables, y formuló en marzo las primeras cuentas anuales consolidadas a todos los niveles y sin salvedades.
Según este proceso, si la reestructuración no se hubiera desarrollado, la compañía hubiera registrado en 2023 unos fondos propios negativos de 1.187 millones, debido a las salvedades contables detectadas en auditorías anteriores, pero finalmente acabó con unos fondos propios consolidados de 326 millones.
Cazorla ha descrito el ejercicio como de «enorme complejidad» y ha defendido que la presentación de las cuentas permite tener una visión exacta de donde está el grupo.
Villaseca ha explicado que tras la reestructuración se encontraron la compañía –textualmente– quebrada, y ha asegurado que quieren ser extremadamente transparentes con las cuentas, «algo que no hacían antes».
En cuanto a la deuda de la familia Rubiralta, de 539 millones de euros y que consideran ‘crédito incobrable’, el presidente ha explicado que van a «llevar a cabo todas las actuaciones» que estén en su mano para recuperar esa cantidad.
CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
Como parte de la reorganización de la sociedad, la compañía ha celebrado este martes una junta extraordinaria de accionistas, en la que ha aprobado la incorporación de Hilario Albarracín, Elena Guede, Juan José Nieto y Mario Longhi a su consejo de administración.
Con estos movimientos, y para que el consejo esté formado por siete integrantes y Cazorla, quedarán tres plazas por cubrir, la comercial, que se ocupará en mayo, y la de estrategia y legal, que prevén que queden llenas en un breve plazo de tiempo.
La reunión también ha aprobado una renovación estatuaria, el importe máximo de remuneración del consejo de administración y la creación de una nueva página web, entre otros.
EL FUTURO
En cuanto a los siguientes pasos a seguir, la empresa ha encargado un proceso de valoración de filiales extranjeras al banco de inversiones Citi con el objetivo de valorar posibles opciones de rotación de activos: «Si se produce una desinversión, sería en beneficio de la compañía», ha dicho Villaseca.
Además, el nuevo equipo gestor está trabajando en la elaboración de un nuevo plan estratégico, previsto para el inicio del segundo semestre, con la consultora Bain & Co, para definir la estrategia para los próximos cinco años.
Este plan de futuro estará orientado a la generación de valor y al impulso de la competitividad y el desarrollo operacional del grupo, que actualmente cuenta con 4.000 trabajadores en España y otros 6.000 en otros países.