La semana pasada se celebró en Madrid el Salon Inmobiliario de Madrid (SIMA) en el que se pudieron ver algunas de las propuestas que inmobiliarias y empresas tecnológicas presentan para convertir los hogares en un auténtico hogar del futuro.
Imaginémonos por un momento la siguiente secuencia: sales de la oficina después de un largo dia de trabajo, y durante el trayecto de vuelta, sacas tu teléfono móvil y con un simple movimiento le indicas a tu robot de cocina que empiece a hornear la cena, al termostato que debe poner la temperatura a 24º y compruebas que tu hijo adolescente ha llegado hace una hora y que está en su habitación. Además, tienes una notificación de que la lavadora ha terminado, por lo que tendrás que colgarla cuando llegues a casa (“Una pena que las casas inteligentes no lo sean tanto como querríamos”).
Según entras por la puerta de tu casa, las luces se van encendiendo y apagando mientras vas por el pasillo hacia la cocina, donde la nevera te avisa que tienes que comprar leche próximamente y que si lo deseas ella misma puede hacer el pedido. En ese mismo instante, entra tu pareja con tu hija pequeña que, según te ve, te pide que le pongas en la televisión esa serie que tanto le gusta, así que le pides tu asistente virtual que te encienda la televisión y ponga el canal de dibujos animados.
Después de cenar, ya con los niños acostados, las luces del salón se atenúan y cambian a un tono más cálido, mientras le dices al asistente virtual que apague la televisión y reproduzca algo de música relacionada con tu estado de ánimo.
Estas escenas, que podrían parecer futuristas, se pueden dar hoy en día en cualquier casa inteligente que tenga los elementos necesarios. Muchas grandes empresas como Apple (HomeKit), Samsung (SmartThings), Philips (Hue), Amazon (Alexa) o Google (Assistant) han apostado por crear los dispositivos necesarios para convertir nuestras casas en lugares en los que la tecnología es la base para facilitarnos las tareas rutinarias.
Pero como toda tecnología, tiene sus problemas, y uno de los más importantes es la seguridad. Se producen fallos de seguridad casi diariamente, y pueden bien afectar a tu ordenador (Virus, malware, ransomware, etc), bien a tu banco (robos de tarjeta de crédito, robo de credenciales, etc), e incluso a tu país (secuestro de web, ataques DoS, etc). Tu casa inteligente no es ninguna excepción. Podría estar expuesta a ataques similares. De esta forma, por ejemplo, un delincuente podría saber cuándo está la casa vacía, subir la calefacción o conectar el aire acondicionado para incrementar tu gasto energético. O incluso apagar la alarma utilizando como punto de entrada uno de los posibles dispositivos vulnerables (probablemente hackeando tu cerrojo inteligente).
No solo es cuestión de seguridad. También es necesario tener en cuenta la privacidad (cabe destacar los casos de Facebook y Alexa como ejemplos). Ya que prácticamente todos nuestros hábitos (canales que vemos, musica que escuchamos, alimentos que compramos, etc) son guardados y utilizados para “mejorar” la experiencia de uso. Nuestro asistente virtual, por ejemplo, no podría ponernos la música que nos gusta si nosotros no hemos compartido esa información con la empresa que hay detrás.
Por ello, tanto seguridad como privacidad, deberían estar en el Top5 de las cosas importantes tanto para fabricantes como para consumidores de tecnologías para Smart Homes Los primeros porque tienen que proteger sus dispositivos y mantenerlos actualizados ante las amenazas de seguridad que puedan afectarlos, además de ser responsables de los datos que les entregamos voluntariamente para darnos un servicio. Los segundos porque deben de tener en cuenta que no existe el dispositivo 100% seguro y deben ser una ayuda y no una necesidad en el caso de que haya que prescindir de ellos. Y sobre todo, entender que los datos que están entregando a las empresas para que les provean de un servicio, dejan de ser suyos en cuanto han llegado a los servidores de la empresa.
Luis Cuervo es Security Manager en Barbara IoT empresa española de Software creadora de una tecnología para la gestión segura del ciclo de vida de dispositivos conectados (‘Internet of Things’).