Dejarlo pasar te causará estrés
No abrirse y hablar de los problemas no hace que desaparezcan, si no que nuestro estrés vaya en aumento y cada vez sea más difícil hacerles cara. Aunque la conversación a la que tienes que enfrentarte (antes o después) va a ser difícil, más difícil es soportar esa sensación de angustia y desazón internas.

La frustración lleva a arrebatos emocionales
Tanta contención y frustración por no hacer frente a lo que debes, puede llevarte a que en un momento determinado explotes cuando no deberías. Es mejor afrontar las cosas con tranquilidad y sangre fría que dejarlo pasar hasta que sale por algún sitio de la forma menos deseada.

La postergación normalmente crea problemas más grandes
Por ejemplo, si tienes un empleado que no está cumpliendo tus estándares de conducta, pero evitas afrontarlo, el comportamiento se verá más afectado en un futuro. No olvides que cuanto más dejes pasar ese momento, más complicado será enfrentarte a él, entre otras cosas porque el problema se habrá vuelto mucho más grande de lo que era al principio.