Las malas decisiones nunca fueron buenas, por definición propia. Lo que nadie se para a pensar es que a veces las buenas decisiones se toman demasiado tarde, por tanto pueden perder toda su efectividad. La vida de un negocio, por grande o pequeño que este sea, está plagada de decisiones. Si es una gran empresa, seguramente tenga que enfrentarse a la toma de cientos de decisiones todos y cada uno de los días. Es importante poner en juego toda la energía y la atención requeridas para tomar cada decisión con efectividad.
Si estás al frente de un negocio o de una gran empresa, es necesario que tengas claro cómo quieres que se lleve a cabo el proceso de toma de decisiones en tu empresa. Puede que quieras establecer una jerarquía o que quieras que todas las personas estén involucradas al mismo nivel en este proceso. Existen varios niveles para realizar la toma de decisiones:
Recolectar información
Siempre se ha dicho que la información es poder, y es algo totalmente verídico. Para muchas decisiones es necesario recoger una gran cantidad de información y de datos dentro del proceso. Es un proceso que puede resultar crítico y es necesario darle la importancia que se merece.
Colaborar
En ciertas ocasiones, es necesario poner a trabajar la mente del mayor número de personas posibles a la hora de tomar una decisión importante. Es necesario pensar en todos los escenarios posibles y siempre tener un plan “B” que nos avale en caso de hundimiento. Por supuesto, en otras ocasiones contar con un gran número de personas puede ser contraproducente. Tú conoces tu empresa y sabes en qué casos necesitas a todo el equipo y en cuáles no.
Pasar a la acción
Siempre hay que tener muy claro quién es la persona que va a tomar la decisión final. Si eres el dueño, muchas decisiones dependerán de ti, pero puede que delegues en aquellos temas donde eres consciente que existen miembros de tu equipo más preparados que tú. Esta persona debe haber repasado toda la información y todas las perspectivas futuras, y a partir de ahí debe tomar la decisión, una decisión que debe contar con el apoyo de todos los demás.