El éxito no tiene una fórmula secreta, ni tampoco es un término relativo. El éxito significa algo diferente para cada persona. No depende de las virtudes ni del talento, al menos no en todas las ocasiones. Puede que tener la habilidad de resistir al miedo y a la incertidumbre sea un camino mucho más poderoso para llegar a alcanzar el éxito. A veces nos centramos en ser los mejores en algo en especial. Algunas personas se centran en el deporte, otras en la escritura, otros en la actuación, etc. El objetivo es lograr ser el mejor, pero el talento es solo una pequeña parte de una ecuación muy grande. Todo lo que aguantas para llegar a tu meta es lo que realmente puede marcar la diferencia.

La incertidumbre es algo que genera ansiedad, cada día más y más personas. Es un área en el que todas las situaciones se convierten en posibilidades reales. Pero la vida precisamente es eso: incertidumbre pura y dura. Las personas más inteligentes son aquellas que no lo quieren saber todo, ya que saben que la vida es incierta. Son conscientes de que hay muchas cosas por ver, aprender y descubrir. Vivir en la incertidumbre supone no tener miedo a ella. Para ello, es necesario tener una gran conexión con nuestras propias emociones. Esto es precisamente lo que nos ayudará a salir de nuestra zona de confort.

El problema es que controlar nuestras emociones no resulta tan fácil en la práctica. Las emociones nos traicionan y nos causan mucha ansiedad. Muchas personas quieren obtener el éxito laboral sin sacrificar nada por el camino. Eso es el éxito para muchas personas: poco riesgo y mucho beneficio. Si no sales nunca de tu zona de confort, puede que dentro de unos años tu vida te parezca algo incompleta. Muchas veces en lugar de la felicidad, parece que las personas persiguen alcanzar el confort por encima de todas y cada una de las cosas.

La vida es incierta por razones que se nos van a escapar siempre, pero quizás esa sea precisamente la gracia y el sentido de todo el asunto. Lo primero es admitir que no podemos saber lo que no sabemos, aunque suene redundante. Tu vida está comenzando todos y cada uno de las días. Nadie más que tú tiene la opción de aceptar la incertidumbre y vivir con ella para ver qué te va a deparar.