Según la versión americana de Forbes, Starbucks perdió aproximadamente 12 millones de dólares por cerrar sus tiendas para impartir estos cursos. Pero no solo eso, sino que también tuvieron que asumir los gastos de los cursos de sus empleados. Starbucks no ve todo esto como una pérdida, sino como una inversión. La experiencia de los consumidores se mejorará gracias a este curso, además, la colaboración entre empleados mejorará de igual forma. Esta es la misión de la empresa desde el primer momento.
Starbucks logró identificar que el problema no se limitaba a la tienda en la cual se produjo el altercado racista en el mes de abril. Muchas de sus tiendas sufren el mismo problema. Los prejuicios raciales y socioeconómicos están muy expandidos en todo Estados Unidos, y esto no excluye a Starbucks. Por ello, la decisión de atacar el problema a nivel nacional, ha supuesto un gasto que a largo plazo solo puede generar grandes beneficios. Darse cuenta de que el problema era más grande de lo que parecía es la forma de lidiar con él efectivamente. Starbucks quiere que su fuerza laboral esté más unida y en sintonía que nunca. Están enviando un mensaje muy positivo tanto a su público como a sus empleados.
Los cursos de formación en contra del racismo, de los prejuicios, del acoso sexual, etc, deben tomarse en serio por todo el mundo. Las noticias no paran de bombardearnos con titulares sobre escándalos e injusticias, pero parece que la cosa nunca cambia. Starbucks ha dado el primer paso para conseguir algún tipo de cambio. El problema es que no muchas empresas están dispuestas a perder dinero para cambiar el mundo. Los empleados son los encargados de crear la experiencia del consumidor, por ello, es una iniciativa muy inteligente el hecho de formarles para que ofrezcan una experiencia sin ningún tipo de prejuicio.
Starbucks ha dejado claro que sus empleados importan, y mucho. Otras empresas deberían aprender una lección de todo esto. Es necesario otorgar oportunidades a los equipos de trabajo para mejorar. Los cursos no deberían ser simplemente una consecuencia para lidiar con un escándalo, deberían ser parte de la cultura empresarial.
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