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¿Y ahora qué, Brasil?


¿Cuál es el futuro político de Brasil?

La situación política de Brasil es extraordinariamente delicada en este momento. Para resumir: la presidenta electa, Dilma Rousseff, fue suspendida de su cargo y está a la espera de un juicio en el Senado para determinar si va a ser acusada formalmente. El presidente interino actual, Michel Temer, es muy impopular (fue abucheado en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río), pero, de momento, es el único líder que tiene Brasil. Muchos esperan que Rousseff sea sometida a un juicio político, pero si no lo es, al escenario político le espera un caos mayor. Las próximas elecciones presidenciales no se celebrarán hasta el año 2018.

Mientras, las investigaciones conocidas como “la operación Lava Jato” sobre la corrupción en el país sudamericano continúan. Por un lado, se observa que hay esperanza en que la cultura política y económica de Brasil pueda recuperarse. Por otro lado, sirve como un recordatorio constante de cómo la corrupción en Brasil se extiende a lo largo y ancho de todos los partidos.

Una de las partes de la investigación “Lava Jato” incluye en qué se gastó el Estado el dinero olímpico. Uno de los titulares de un medio brasileño decía el día después a la clausura: “La limonada de Río se volverá amarga cuando se presenten los costes de la fiesta”.

¿Cuál es el futuro económico de Brasil?

La crisis económica en Brasil no se resolverá de la noche a la mañana, ni siquiera después del éxito de los Juegos Olímpicos. El país todavía se encuentra en una profunda depresión, con la inflación y el desempleo en aumento. Algunos creen que la situación ha tocado fondo y solo puede mejorar. Es probable que el equipo económico de Temer empiece importantes reformas para reactivar la economía de nuevo. Que estas reformas puedan tener éxito o no, está por determinar. Tampoco se ha determinado todavía qué impacto tendrá Rio2016 en diversos sectores de la economía brasileña. Aunque el turismo es el único sector que puede ver algo de luz tanto en Río de Janeiro como en el resto de Brasil.

A pesar de los contratiempos durante los Juegos, muchos visitantes, tanto atletas olímpicos como espectadores, han vuelto a casa hablando de la belleza de la ciudad. Es por algo que la llaman la Ciudad Maravillosa. Además, añaden que la seguridad no ha sido un problema. Estos comentarios positivos podrían estimular más el turismo y ayudar a la industria a recuperarse del daño que ha hecho el Zika. Además, Brasil ha sabido aprovechar cada momento para mostrar su atractiva cultura. Las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos han sido escaparates de las diversas culturas dentro de Brasil, algo que también beneficia al turismo.

¿Qué ocurrirá con las instalaciones de los Juegos?

Algunas de las instalaciones olímpicas han sido estructuras temporales, como el estadio de natación o el espacio reservado para el voleibol de playa. Estas estructuras serán derribadas. Según revela Forbes USA, algunos de los materiales de estas estructuras podrían ser reutilizados para construir escuelas locales -algo realmente necesario en el país.

Otras estructuras olímpicas, sobre todo en el barrio carioca de Barra de Tijuca, donde principalmente tuvieron lugar los Juegos, se espera una mayor desigualdad económica. El enorme complejo de edificios altos que compone la Villa Olímpica se convertirá en apartamentos de lujo, una incoherencia teniendo en cuenta que Brasil está experimentando una grave escasez de vivienda asequible.

El centro de Río de Janeiro también ha sido transformado por los Juegos, con una zona a la que se llamó Olympic Boulevard. Si bien este proyecto fue polémico por construirse en terrenos con fuertes vínculos con la historia de Brasil, ahora que ya está hecho, tiene el potencial de servir como un nuevo espacio público en el centro de Río.