Aunque muchas empresas parezcan olvidarse de ello, al fin y al cabo los que las cimientan son sus empleados y éstos han de ser tenidos en cuenta desde el minuto en que una compañía nace. Cada empresa tiene su propia cultura y, aunque suele definirse a lo largo de su historia, por lo general todas las empresas tienen unos valores más o menos definidos cuando ven la luz que serán clave en el desarrollo de los empleados y, por ende, de la propia empresa.

Cuando una organización define sus valores y su estilo de trabajo, entre otros factores, no puede olvidarse de que los trabajadores, por muy empáticos y maleables que sean, deben compartirlos en cierta medida. Por tanto, la cultura de empresa es una cuestión que ha de ser stenida muy en cuenta por los departamentos de recursos humanos y que, sin embargo, parece algo olvidada.

Si nos referimos a la estructura organizacional y el estilo de trabajo, la selección de empleados suele ser más exhaustiva. Es más sencillo saber si un empleado concuerda con determinados patrones de actuación, que conocer si comparte unos determinados valores sin inmiscuirse en su vida privada. Sin embargo, no debe desdeñarse la importancia de éstos en el día a día en la empresa de ese futuro empleado.

Un empleado que no comparte los valores de su empresa, difícilmente trabajará a gusto y, por tanto, no rendirá lo ideal, que no ya lo suficiente, porque esto último puede hacerlo siendo simplemente alguien capaz para el puesto. He ahí la cuestión: ¿hasta qué punto es bueno contratar a alguien muy bueno pero muy diferente?

Para desarrollar su talento de una forma plena los empleados necesitan estar a gusto, compartir los valores de la empresa y querer avanzar en sintonía con ellos, sino, cumplirán con su trabajo pero no irán más allá. Por tanto, resulta necesario que las empresas comiencen a plantearse unos modelos de selección de personal en los que no sólo se busquen personas formadas y capacitadas para el puesto, sino trabajadores comprometidos que puedan desarrollar su talento adecuadamente.