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El Pentágono cancela un programa tecnológico clave y asesta un duro golpe a las ambiciones de defensa de Silicon Valley

El Departamento de Defensa ha decidido abruptamente dejar de financiar Shift, un programa de becas de dos millones de dólares que reforzaba la relación del Pentágono con las 'startups' y los inversores de capital riesgo.
Foto: Steve Proehl/Getty Images, Glowimages/Getty Images.

En noviembre, cientos de personas de Silicon Valley se reunieron en una conferencia sobre tecnología de defensa en Washington D.C. para instar al Pentágono a colaborar con la industria tecnológica. Era un objetivo loable, algo que el propio Departamento de Defensa ha dicho que es esencial para disuadir y defenderse de agresiones extranjeras, especialmente de China. El acto, que reunió a algunos de los más destacados capitalistas de riesgo y tecnólogos con altos mandos militares, fue la reunión inaugural de Shift, la empresa que está detrás de un popular programa de becas que pone en contacto a startups y empresas de capital riesgo con personal militar.

Shyam Sankar, director de Tecnología de Palantir, uno de los ponentes principales de la cumbre Shift Defense Ventures, afirmó: «Se trata de una institución que ha tenido un gran impacto al proporcionar el tejido conectivo entre los mayores innovadores empresariales de Estados Unidos y los innovadores de Defensa». «Tenía muchas ganas de que llegara el año que viene».

Pero cinco meses después, Shift cerró inesperadamente. La razón: «limitaciones de financiación» que llevaron a la unidad de innovación AFWERX de las Fuerzas Aéreas a negarse a proporcionar los aproximadamente dos millones de dólares anuales necesarios para su funcionamiento, según un memorando de AFWERX obtenido por Forbes y enviado a los miembros del programa la semana pasada.

La decisión sorprendió al director general y fundador de Shift, Mike Slagh, quien declaró a Forbes que AFWERX había indicado en enero que tenía previsto seguir financiando la beca de Defense Ventures. Aunque se afanó por conseguir nueva financiación, no pudo hacerlo y se vio obligado a cerrar el programa a principios de este mes.

«¿Cómo es posible que los inversores del sector validen cualquier señal de demanda del [Departamento de Defensa] con este tipo de desprecio por un programa de innovación universalmente elogiado?». dijo Slagh, veterano de la Marina estadounidense, a Forbes. «Los adversarios de EE UU no necesitan hacer otra cosa que estar a la espera y ver cómo nos derrotamos a nosotros mismos».

Parte del objetivo de Shift era ayudar a las nuevas empresas de tecnología de defensa a salvar la brecha que existe entre los contratos iniciales y las subvenciones del Departamento de Defensa, y las rampas de acceso al tipo de grandes contratos que suelen tener empresas como Lockheed Martin, Booz Allen y Northrop Grumman. Con la excepción de SpaceX, Palantir y Anduril, pocas compañías de defensa respaldadas por capital riesgo han superado el llamado «Valle de la Muerte», donde el capital suele agotarse antes de que las empresas puedan pasar de un contrato piloto a uno importante.

Mike Slagh puso en marcha Shift en 2016 tras abandonar la Marina de Estados Unidos, y apoyó más de 450 becas de la industria tecnológica para personal en activo. (Foto: Mike Slagh)

«Creo que la transición es sin duda uno de nuestros mayores problemas«, ha declarado Kathleen Hicks, vicesecretaria del Departamento de Defensa. «El llamado ‘Valle de la Muerte’, la ampliación hasta el despliegue y la producción a gran escala es una parte de ello». El Pentágono incluso había citado recientemente a Shift como ejemplo de cómo seguiría «aumentando los esfuerzos de colaboración con el sector privado».

En un comunicado, AFWERX afirmó que no renovaba la financiación de Shift «debido a las restricciones fiscales y a los recortes de financiación previstos» para el próximo ejercicio. En su memorándum a exbecarios, visto por Forbes, la unidad decía: «Nuestro objetivo es seguir acelerando la conexión entre la industria y los aviadores mediante la iteración de los conocimientos adquiridos en el programa Defense Venture Fellows».

Desde 2021, los inversores de capital riesgo han invertido unos 100.000 millones de dólares en nuevas empresas de defensa, pero eso no se ha traducido necesariamente en contratos militares. Un nuevo estudio publicado el martes por el Instituto Reagan encontró que el gobierno está «fallando en la transición» de la mayoría de los contratos piloto, conocidos como subvenciones Small Business Innovation Research, a la producción: las 25 principales compañías, algunas de las cuales recibieron más de cien millones de dólares en la última década, generaron menos de 500.000 dólares en contratos posteriores. Y el año pasado, menos del 1% del gasto de 411.000 millones del Pentágono en contratos para el último ejercicio fiscal se adjudicó a empresas respaldadas por capital riesgo, informó el Wall Street Journal, citando datos recientes de la empresa de software de defensa Govini.

Trae Stephens, presidente de Anduril, declaró a Forbes que ha visto «mucha más palabrería que acción» por parte de los líderes del Pentágono. «La industria privada se presenta con nuevas empresas que cuentan con el respaldo de compañías de riesgo, y el gobierno no está realmente allí para convertir esas cosas en producción», dijo Stephens a Forbes. «Y en algún momento, la industria se dará cuenta de que [el gobierno] no ha aparecido y el dinero dejará de fluir».

Slagh lanzó Shift en 2016 después de dejar la Marina de Estados Unidos, donde había sido técnico de desactivación de artefactos explosivos. Con financiación inicial de Andreessen Horowitz, al comienzo era una plataforma de contratación que ofrecía servicios profesionales a 50.000 veteranos. Pero cuando la empresa tuvo problemas para dar con un modelo de negocio sostenible, Slagh pasó de su red de buscadores de empleo a lanzar el Defense Ventures Program en colaboración con AFWERX. Su principal objetivo era ofrecer becas a militares en activo con empresas tecnológicas e inversores.

Kaly McKenna, una de las primeras becarias del programa, completó una etapa en Andressen Horowitz, donde asesoró al fondo de capital riesgo sobre estrategias de salida al mercado para empresas de cartera que venden al Gobierno. Según ella, el programa tuvo un gran efecto en la conexión entre Silicon Valley y el Pentágono con un presupuesto relativamente pequeño. «Inspiraron a muchos militares a pensar de forma diferente sobre cómo resolver los problemas», dijo McKenna, que ahora es jefa del proceso presupuestario corporativo en las Fuerzas Aéreas. Desde 2020, más de 450 militares han completado las becas de ocho semanas del programa antes de volver al servicio activo.

Más allá de la conferencia inaugural de noviembre, a la que asistieron más de 700 personas, entre ellas dirigentes del Departamento de Defensa, General Catalyst, Palantir y Andreessen Horowitz, docenas de empresas vieron enormes ventajas en el programa. Hermeus, un fabricante de aviones hipersónicos que ha recaudado 130 millones de dólares, recibió unos diez becarios del Ejército del Aire, según su CEO AJ Piplica, que asesoró a la empresa sobre cómo sus aviones podrían responder mejor a las necesidades del Departamento de Defensa. En General Catalyst, que ha invertido en varias empresas de tecnología de defensa, incluida Anduril, el socio Paul Kwan dijo que contrató a uno de sus becarios de defensa para que se convirtiera en inversor. «Shift fue un gran ejemplo, que lo hizo de manera muy eficiente a escala, reuniendo lo mejor de lo mejor de cada uno de esos mundos», dijo Kwan.

Otros esfuerzos por conectar al Pentágono con empresas tecnológicas han tenido resultados desiguales. Hace 25 años, el Departamento de Defensa puso en marcha In-Q-Tel, el brazo de inversión de riesgo de la CIA, que ha respaldado a empresas como Palantir y Dataminr. Alrededor del 50% de las compañías de su cartera han sido «adoptadas para su uso» por el gobierno. Basándose en este modelo, se han creado nuevas organizaciones de innovación (DIU, AFWERX, SOFWERX, NAVALX, etc.) que conceden subvenciones e invierten en empresas que desean hacer negocios con las distintas ramas militares, pero se ven obstaculizadas por una «capacidad limitada para facilitar la adopción» por parte del Departamento de Defensa, según un informe de 2023 encargado por el Pentágono y realizado por RAND.

En una charla en otra conferencia este mes, Heidi Shyu, subsecretaria de Defensa para Investigación e Ingeniería, señaló otro programa llamado RDER, cuyo objetivo es que las empresas pasen más rápidamente del prototipo al producto. «El Departamento de Defensa no puede permitirse que la investigación útil languidezca en los laboratorios», dijo Shyu, o «que los procesos burocráticos impidan el compromiso con empresas privadas innovadoras».

Mientras tanto, el portavoz de AFWERX, Matthew Clouse, declaró a Forbes que no hay planes para sustituir el programa de becas de Shift. Y añadió: «AFWERX seguirá buscando otras oportunidades para comprometerse con la comunidad Ventures, incluidas las posibilidades de una nueva programación».