La prepotencia y la arrogancia tienen su origen en los miedos y en las inseguridad. La seguridad en uno mismo viene de la confianza. Si te enfrentas a una entrevista de trabajo siendo consciente de tu valía, ya estás ganando muchos más puntos de los que te puedes imaginar. Tus palabras deben tener un sentido, por ello es importante que no saltes a contestar en el minuto en el que el entrevistador te haga una pregunta. Las personas con más confianza, se toman un pequeño tiempo para pensar y contestar con mucho sentido.

Por supuesto, puede darse el caso en el cual te topes con una persona insegura. A las personas inseguras, sobre todo a aquellas que transforman esta inseguridad en prepotencia, no les gustan las personas seguras de sí mismas. No puedes permitirte el lujo de perder tiempo y potencial trabajando para alguien que no quiere permitirte brillar. Muchas veces la jerarquía es injusta e inexplicable. Se premia el trabajo y la personalidad mediocre mientras se castiga a las personas más talentosas. No siempre es así, pero sucede a menudo. Por tanto, es importante mantener la esperanza en todo momento.

Cuando estás seguro de ti mismo, existe un cierto poder que tu cuerpo irradia. Tu propio poder será capaz de alejar a todas aquellas personas que no deberían estar cerca de ti. A nadie le gusta pensar que no le va a gustar a sus entrevistadores, pero si es por cuestiones de inseguridad, debes sentirte orgulloso de ello. Ese poder conseguirá atraer a las personas que merecen la pena y repeler a aquellos que no lo hacen. Las personas con más confianza no se disculpan por su curriculum. Tu vida laboral ha transcurrido de la forma que lo haya hecho, con mayor o menor éxito. Tu vida laboral te ha llevado hasta este punto.

Tampoco se disculpan si no tienen preparada una de las preguntas del entrevistador. No tienes que saber absolutamente todo, nadie tiene que hacerlo. De hecho, suelen mantener la calma y la energía positiva sin importar cómo haya ido la entrevista. No se toman como algo personal los comentarios del entrevistador, saben perfectamente de todo lo que son capaces. Escuchan y se toman el tiempo necesario para contar su verdad. Irradian un tipo de energía que debería ser contagiosa para todos.