1. La gente va a disfrutar trabajando contigo.
Si el humor es bueno, te vas a ganar a la gente. Sólo ten en cuenta dos cosas: no seas sarcástico ni ofendas a nadie.
2. El humor destruye el estrés.
Según Michael Kerr, presidente de Humor at Work, consigue que veas el estrés otra manera, que, con la risa, generes una respuesta emocional y física más relajante.
3. Humaniza.
“El humor hace que empleados y gerentes estén juntos al darse cuenta de que todos se mueven en el mismo terreno”, dice Taylor. Es decir, son tus jefes y empleados pero también personas que necesitan el contacto y un buen ambiente para alcanzar los objetivos comunes.
4. Rompe la tensión, dice Lynn Taylor, autor de Tame Your Terrible Office Tyrant.
Y es que cuando la gente usa el humor como respuesta a un conflicto se pasa de la búsqueda frenética de una solución a la aportación de múltiples ideas.
5. Es la clave del pensamiento creativo.
Con el humor surgen nuevas conexiones y juegos de ideas que hacen que cambie el punto de vista, surge la inspiración.
6. Ayuda a construir confianza.
El humor es natural, muestra cómo eres y te descubre como la persona que hay dentro del profesional, esa transparencia genera confianza. Además resultarás mucho más agradable e incluso inteligente.
7. Sube la moral.
“Los empleados prefieren trabajar para y con otras personas que tienen un sentido del humor. Todos preferimos tener diversión en el trabajo. No debemos sentirlo como un entorno de servidumbre dice Taylor.
8. Parecerás más accesible.
Si eres el líder de tu sector en la empresa, resultando cercano y accesible conseguirás unos empleados abiertos y honestos, estas dos características hacen de tu grupo de trabajo el más exitoso porque lloverán las ideas y las soluciones rápidas e innovadoras.
9. Tu empresa destacará.
El humor atrae a la gente, y no sólo fomenta la cohesión y lealtad de los empleados sino también de los clientes que estarán satisfechos y agradecidos de tratar con una empresa agradable y honesta. Es una forma de diferenciarse de la competencia.
10. Aumenta la productividad.
Al fomentar la interacción y con ella el intercambio de ideas y la sensación de que hay pocos riesgos porque siempre surgen soluciones, aumenta la productividad.
Sin embargo, hay que tener cuidado con el humor, como dice Laura Vanderkam, autora del libro “Lo que las personas más exitosas hacen en el trabajo” (Portfolio, 2013), “es difícil hacerlo bien y fácil hacerlo mal. Además, tenemos la tendencia de tomarlo todo demasiado en serio”. Pero si consigues encajar con tu sentido del humor contagiarás tu entusiasmo y acudir al trabajo a diario no será una carrera de obstáculos.