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Tú frente al entrevistador, 7 claves para ‘vencer’


Emprender en uno mismo para buscar trabajo es un proceso innovador como otro cualquiera, más cuando la situación económica es la que los periódicos publicitan en sus portadas. No es novedoso explicar que el subrayado de ofertas hace años que se terminó, y que en cada una a la que aplicamos estamos emprendiendo en nuestra carrera profesional.

Una entrevista de trabajo es una oportunidad en la que tanto tú como la persona de recursos humanos encargada de valorar tu capacidad para el puesto os vais a poner al mismo nivel para medir la valía del que tienen enfrente, y ante tal situación, se pueden ensalzar 7 factores para lograr el éxito en una entrevista de trabajo y conseguir “vencer” a tu entrevistador.

1.- Ambos os encontráis a un mismo nivel. El primero de los errores es que tendemos a ir a una entrevista de trabajo con la idea de que el recruiter tratará de enfrentarse a nosotros para desestabilizar nuestras opciones de exponer las aptitudes para el puesto. No podemos ponernos piedras en un camino que no hemos comenzado a escalar, por lo que es importante ser consciente de que ambos jugamos un partido de tenis en el que cada uno defiende su pista.

2.- Ellos tienen información de ti, haz lo mismo. En la empresa poseen nuestro cv, y posiblemente el perfil que hayamos registrado en portales de empleo como Jobandtalent o LinkedIn, por lo que llegan a la entrevista con una primera base sobre cómo somos. Tópicos que llenan espacios como “la información es poder” alientan la idea de que el candidato también debe haber hecho un análisis de la empresa, su cultura empresarial, el puesto al que está aplicando y la proyección del mismo. Gracias a eso evitas que la entrevista se convierta en un peloteo pregunta-respuesta para llevarlo a una conversación entre dos personas, una que aplica a un puesto de trabajo y la otra, la encargada de valorar si eres el candidato.

3.- Defiende tus posibilidades, luego ya las aplicarás. Durante el transcurso de la entrevista, es inevitable que la persona de RR. HH. lleve la iniciativa, sobre todo en cada una de las preguntas que hará para conocernos en profundidad, lo que hace que muchas de nuestras posibilidades se centren en ese periodo. No sólo cuenta la calidad de lo que transmitimos, sino como lo hacemos, partiendo siempre de un análisis previo, la elaboración de nuestros razonamientos y la exposición de los mismos. En la entrevista explicamos porqué somos los mejores, las demostraciones ya vendrán una vez estemos en el puesto.

4.- Que el silencio no te debilite. Este punto tiene su origen en el anterior, el aspecto en el que has de defender tus aptitudes, ya que puede que el entrevistador quiera conocer el grado de credibilidad que nos ponemos sobre nuestros hombros, es decir, cuestionar lo que hemos transmitido con absoluta firmeza. ¿Cómo? Muy fácil, con un silencio. En una entrevista, ese momento transmite la misma fuerza que un tren a gran velocidad, pero con el golpeo de la nada. Nuestra cabeza tratará de alimentar ese espacio con un sinfín de ideas que sólo debilitarán lo argumentado con anterioridad, por lo que un silencio se le gana con otro silencio, sino que se le pone fin añadiendo la necesidad alguna aportación más. La preparación puede tener un inconveniente, y es que muchas veces, el ansia por contestar a las preguntas nos lleva a interrumpir al entrevistador, o acabar contestando a situaciones que no se nos plantean. Primero escuchar, luego reflexionar y exponer.

5.- Tú también debes preguntar. Los candidatos que aplican a una oferta de trabajo también tienen la posibilidad de convertirse en entrevistador por unos segundos, y deben jugar esa carta. ¿Quieres preguntar algo? Contestar no es firmar que no vas a ser escogido. Uno de los aspectos que debemos poner de manifiesto en la entrevista es nuestro interés en el puesto y la compañía, y la mejor manera de hacerlo saber es preguntando sobre los mismos. Al final, seguimos formando parte activa de la conversación en la que debemos ser lo más eficaces posibles a la hora de lograr el puesto, por lo que no podemos quedarnos como elemento pasivo que escenifica un guion aprendido. La espontaneidad de preguntar rompe la estructura a la que está acostumbrado el entrevistador.

6.- Acredita los títulos que has obtenido. La manera en la que debemos ir a una entrevista de trabajo ha sido tan repetida como el aviso del lobo, y todavía sigue pillándonos desprevenidos. Lo cierto es que hay elementos que nos siguen produciendo un cierto temor a la hora de acudir a una entrevista de trabajo, como la de llevar los certificados de los títulos que hemos obtenido. Internet nos da velocidad, pero en muchas ocasiones nos quita tiempo para tratar de aplicar cosas que deberían darse por lógica, como es la de ir siempre a una entrevista con el cv impreso.

7.- Preparar los 6 puntos anteriores de cara a la entrevista. El éxito de este último punto es sencillo, y es que antes realizar una entrevista de trabajo debemos haber preparado la misma planificando los seis puntos anteriores. Una manera muy recomendable de preparar una entrevista para aquellos que se enfrentan por primera vez a un proceso de selección es hacer entrevistas previas en empresas en las que no tienes la certeza de querer trabajar. En este aspecto, cualquier entrenamiento es bueno, y el de hacer varias entrevistas siempre nos ayuda a perder miedos, saber focalizar errores y comprender los modelos de entrevistas a los que nos podemos enfrentar. Consejos como la puntualidad, el lenguaje a la hora de comunicar, la vestimenta o cualquier otra característica que rellenan buscadores son alguno de los consejos que se dan por sabidos si no queremos ser apartados a las primeras de cambio.