En España, unos 1.500 niños sufren una enfermedad rara, la atrofia muscular espinal (AME), que les produce una debilidad generalizada que les impide, entre otras cosas, poder caminar. Hasta ahora estaban condenados a vivir en una silla de ruedas, pero hoy tienen una esperanza: un ensayo clínico probará si el ‘invento’ de una investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el primer exoesqueleto pediátrico del mundo, puede convertirse en una armadura que les refuerce sus extremidades inferiores y les permita caminar. Todo ello, dentro de un ensayo clínico que se lleva a cabo gracias a la financiación privada de la Fundación Mutua Madrileña.
Al igual que los niños con esta enfermedad rara, muchas personas han podido beneficiarse de algún tipo de tratamiento pionero para sus dolencias gracias a los avances científicos conseguidos con donaciones privadas. Desde 2003, la Fundación Mutua Madrileña está comprometida en España con la investigación en salud, lo que la convierte “en una de las entidades privadas que más dinero ha destinado a la investigación médica en lo que va de siglo”, como valora el doctor Rafael Matesanz, que preside el actual Comité Científico de la Fundación Mutua Madrileña.
En estos años de vida, la Fundación Mutua, que este año celebra su decimoquinto aniversario, ha destinado más de 78 millones de euros a la salud, tanto al apoyo a la investigación –ha auspiciado cerca de 1.300 estudios clínicos–, como a la formación de profesionales médicos en distintos aspectos, permitiendo en numerosas ocasiones que mucho talento nacional no tuviera que emigrar al extranjero para poder desarrollar su carrera científica o propiciando la formación de médicos en las técnicas necesarias para la realización de trasplantes, por ejemplo.
Vidas salvadas
“Una sola vida salvada ya justifica nuestra razón de ser”, señala Ignacio Garralda, presidente del Grupo Mutua y de su Fundación, pero en realidad las “vidas salvadas” han sido muchas. Sin ir más lejos en el área de los trasplantes, una de las especialidades en las que la Fundación Mutua está más comprometida, con cerca de 130 estudios clínicos financiados en estos quince años con más de ocho millones de euros. Oncología, traumatología y enfermedades raras que se manifiestan en la infancia son las otras áreas en las que trabaja.
Pero la aportación desinteresada de la Fundación Mutua a la sociedad no solo persigue contribuir a la investigación y mejora de la salud, sino que también ayuda a cubrir las necesidades de los colectivos más desfavorecidos, generalmente a través del apoyo a proyectos de ONG. La Fundación destina más de medio millón de euros anuales a través de una convocatoria de ayudas a proyectos de acción social que se materializan en iniciativas para mejorar la situación, o incluso la empleabilidad, de personas con discapacidad, en riesgo de exclusión o víctimas de violencia de género y que también llegan para ayudar a la infancia con problemas de salud o a proyectos de cooperación internacional.
“Es nuestra forma de devolver parte de lo que recibimos de los mutualistas. Queremos contribuir a mejorar la sociedad y lo consideramos uno de nuestros deberes”, comenta Ignacio Garralda.
Foto detalle voluntariado
En concreto, la violencia de género es una de las líneas prioritarias de trabajo que mantiene la Fundación Mutua. Convencidos de que aunando esfuerzos se puede acabar con esta lacra, el patronato de la Fundación aprobó en 2012 el inicio de esta línea de trabajo prioritaria, que ya ha hecho que la Fundación sea reconocida dos veces por el Gobierno de España, a través de su Delegación para la Violencia de Género, por esta labor.
Contra la violencia de género
En violencia de género, el trabajo que se lleva a cabo desde la Fundación Mutua va en dos sentidos: por un lado apoya a entidades sin ánimo de lucro especializadas en la ayuda a mujeres víctimas, ya sea en los primeros momentos o en su proceso de reinserción al mercado laboral; y por otro, impulsa la puesta en marcha de campañas de concienciación pública de rechazo social al maltratador.
Cultura y seguridad vial son las otras dos líneas de actuación que, junto a la acción social y la salud, lleva a cabo la Fundación Mutua. Sobre la difusión cultural, su fin último es acercar la cultura a sus mutualistas, ya sea mediante el acceso gratuito a museos o con la organización de un programa de conciertos y conferencias anuales en su sede. En cuanto a la seguridad vial, como aseguradora, su objetivo es realizar acciones encaminadas a mejorar la seguridad vial, especialmente entre los más jóvenes.
La preocupación por mejorar la calidad de vida, educación y empleabilidad de los jóvenes se concreta en múltiples iniciativas de la Fundación. Entre otras lleva a cabo proyectos de formación para jóvenes en riesgo de exclusión, como ‘Jóvenes Profesionales’, un programa pionero de FP dual que ofrece la posibilidad a chicos y chicas en situación de fracaso escolar, de reintegrarse al mundo educativo y profesional.
En 2016, además, inició una línea específica de actuación para intentar prevenir y frenar el acoso escolar en los colegios mediante un programa de sensibilización en redes sociales, charlas de prevención en más de un centenar de centro escolares cada año y una tercera pata de estudios sociológicos del problema, todo en colaboración con la Fundación ANAR.