Toyota se anotó un beneficio neto atribuido de 3,947 billones de yenes (unos 24.737 millones de euros al cambio actual) en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal (de abril a diciembre de 2023), lo que supone un aumento del 107,9% en términos interanuales en comparación a los 1,899 billones de yenes (unos 11.899 millones) registrados en el mismo periodo de 2022.

El fabricante japonés de vehículos ha señalado que su previsión para el cierre del ejercicio (en marzo de 2024) es que el beneficio neto atribuido se sitúe en torno a 4,5 billones de yenes (28.207 millones de euros), es decir, un 83,6% superior a los 2,45 billones de yenes del año anterior (15.361 millones de euros).

La compañía ha indicado que la mejora de los resultados se debe a los esfuerzos de marketing, ya que el volumen de ventas de coches nuevos creció en todas las regiones, especialmente de los vehículos híbridos (HEV), que crecieron un 37,9%, con 2,64 millones de unidades.

En lo que va de ejercicio fiscal, la empresa asiática facturó 34,022 billones de yenes (213.263 millones de euros), lo que se traduce en un incremento interanual del 23,9%, mientras que el beneficio operativo en el período también se duplicó (+102,1%), hasta 4,240 billones de yenes (26.575 millones de euros).

Al cierre de sus nueve primeros meses fiscales, la compañía matriculó 7,29 millones de vehículos en todo el mundo, lo que supone una subida del 12,4% respecto al año previo.

De cara al conjunto de su año fiscal y que finaliza en marzo de 2024, Toyota contempla alcanzar un volumen mundial de ventas de vehículos de 9,45 millones de unidades, un crecimiento de más de un 7% que en el ejercicio anterior.

Por otro lado, las previsiones de la compañía indican que el beneficio operativo al término del año fiscal será de alrededor de 4,9 billones de yenes (30.699 millones de euros), lo cual supone un 79,8% más que en el ejercicio anterior.