Los jefes tóxicos son demasiado comunes. De hecho, si has trabajado con un jefe tóxico en algún momento, ya no eres la excepción. Eres la regla. Casi tres cuartas partes (71%) de los trabajadores estadounidenses han sufrido la experiencia de un jefe tóxico en algún momento, y cerca de un tercio (31%) trabaja actualmente bajo las órdenes de uno de ellos. Así lo afirma una reciente encuesta de Harris realizada a una muestra representativa nacional de 1.233 adultos estadounidenses con empleo. El informe se refiere a un jefe tóxico como «un jefe o supervisor que ha mostrado comportamientos tóxicos», como conducta poco profesional o microgestión. Por desgracia, un asombroso 53% de los empleados de EE UU admite trabajar los fines de semana o durante las vacaciones por culpa de sus horribles jefes.
Las señales de un jefe tóxico pueden ser sutiles u obvias. Algunas señales de alarma son las exigencias poco razonables, atribuirse el mérito de las ideas de otros y comportamientos inaceptables como gritar o utilizar un lenguaje inapropiado. Si nunca has estado en esta situación (¡qué suerte!), quizá te preguntes por qué alguien soportaría una cultura laboral tan poco saludable. No es tan fácil. Muchas personas se quedan porque necesitan el salario y las prestaciones, mientras que otras aman la empresa o aguantan hasta que se jubilan.
Trabajar bajo las órdenes de un jefe tóxico puede ser perjudicial para tu carrera y tu bienestar. En lugar de sufrir en silencio, examinemos cinco formas de afrontar la situación sin dejar el trabajo.
Dar un paso atrás
El primer paso en este proceso es reconocer el comportamiento no saludable. A continuación, trata de determinar si te están señalando a ti o si tus compañeros reciben un trato similar. Si descubres que el estilo de tu jefe es el mismo en todo el equipo, el problema está claramente en él y no en ti. Trata de entender por qué tu jefe se comporta así. Si está microgestionando, puede deberse a que es un directivo novato que no está acostumbrado a pensar estratégicamente. Sin embargo, si se pasa de la raya y abusa verbalmente, puede ser señal de problemas subyacentes más graves.
Proporcionar información directa
Muchos directivos son conscientes de sí mismos, pero otros no. Por eso, la forma más directa de tratar a un jefe tóxico es mantener una conversación sincera de tú a tú. Este enfoque también ayuda a determinar si son realmente tóxicos o simplemente inseguros. Si tu jefe está abierto a sugerencias e intenta apoyarte más, es una buena señal. Pero si toma tus comentarios y los ignora, es hora de que seas tu propio defensor, establezcas límites y busques apoyo.
Encontrar aliados internamente
Lo peor que puedes hacer cuando te enfrentas a un jefe tóxico es aislarte. En lugar de eso, intenta aumentar tu visibilidad dentro de la organización. Cuanta más gente conozca tu actuación, más probabilidades tendrás de encontrar aliados en niveles superiores. Incluso es posible que establezcas alianzas con colegas que pueden convertirse en amigos de confianza y mentores. Lo mejor es que estas relaciones profesionales pueden prepararte para un ascenso lateral o vertical en el futuro.
Establecer y aplicar límites
Aunque no puedes controlar lo que hacen los demás, sí puedes controlar cómo respondes. No te rindas ante la situación. Concéntrate en tus responsabilidades laborales y establece límites saludables. Algunos ejemplos son no consultar el correo electrónico del trabajo por las tardes o avisar a tu jefe con antelación de un viaje relacionado con el trabajo. Una vez establecidos los límites, comunícalos con claridad y frecuencia. Es inevitable que, con el tiempo, experimentes reacciones en contra. Si eso ocurre, aplica tus límites con calma, pero no te eches atrás.
Practicar el autocuidado
En la encuesta de FlexJobs sobre la toxicidad en el lugar de trabajo, más de la mitad de los encuestados admitieron haber experimentado un aumento de la ansiedad debido a un jefe tóxico. Con el aumento de los niveles de estrés, el autocuidado es aún más esencial. Intenta no sucumbir al drama. En su lugar, preserva tu salud haciendo pausas regulares durante el día. Además, tómate tiempo libre cuando lo necesites para mantener la cordura. Y lo que es más importante, esfuérzate por fomentar una actitud mental positiva. Si es necesario, busca la ayuda de un mentor, entrenador o terapeuta. Te beneficiará contar con el apoyo de un profesional que pueda ofrecerte una perspectiva externa imparcial.
Desarrollar y preservar un entorno de trabajo saludable es una de las principales responsabilidades de los empresarios. Por desgracia, los jefes tóxicos siguen siendo frecuentes en el lugar de trabajo. En lugar de dejar que te amarguen la vida, céntrate en lo que puedes controlar. Si pones en práctica estas estrategias y sigues sintiéndote atrapado en un entorno insalubre, no dudes en buscar en otra parte. En última instancia, te mereces trabajar para una empresa en la que puedas prosperar en lugar de limitarte a sobrevivir.