Simplificar la identidad visual y la comunicación. Marie Kondo explica en su libro que “casi nadie es consciente de la cantidad de elementos que le son propios” y aconseja, como si se tratara de recoger una habitación, poner todas las cosas juntas y así ver claramente qué necesita, qué quiere y qué no. Menos es más cuando se trata de imagen y comunicación.
En este caso, todos los elementos de la identidad visual de tu marca: encabezados, logotipos, insignias, colores, tipografías… Al juntar todos los elementos quizá sea más sencillo ver que hay demasiados y de cuáles se puede prescindir. E igualmente hay que hacer con las acciones de marketing y comunicación interna y externa que quizá no funcionan.
Racionalizar la cartera de marcas. Especialmente en las grandes es empresas, es sencillo caer en el error de acabar creando una enorme cartera de marcas y submarcas. Lo mejor es simplificar, englobar varias cosas bajo una misma y no confundir al cliente con mil nombres.
Para Marie Kondo, lo más adecuado es comenzar descartando todo a la vez y luego ir añadiendo de nuevo solamente aquello que realmente nos haga falta. Esto es, seleccionar las marcas según si impulsan la diferenciación o la rentabilidad, si atraen a un segmento o a varios y el valor de éstos, y cualquier otro factor que las convierta en relevantes.
Reenfocar la estrategia de marca. Has de buscar aquello que diferencie a tu marca de la marca de los demás que hacen lo mismo que tú. Has de tener muy clara la estrategia o puede que el verdadero significado de la marca se diluya en los esfuerzos por tratar de agradar al mayor número de público posible.
Kondo dice que “hay que conservar todo aquello que hable de tu corazón”, que aplicado a una marca, sería todo aquello que realmente transmita los valores iniciales de la marca y los que pretendes comunicar. Para esto también es importante seleccionar sólo aquellos elementos comunicativos que aporten verdaderamente algo al mensaje que quieres que tu marca transmita.