La sostenibilidad avanza de modo imparable a la hora de abordar la gestión de las empresas. Si hablamos de las empresas del sector público, tanto la ventaja competitiva que ofrece como la ejemplaridad a la hora de abordar su modelo de gestión, constituyen factores decisivos para integrar la sostenibilidad en la toma de decisiones en el ámbito de Navantia y de SEPI, en clave ESG. A todo ello, debemos sumarle la necesidad de estar a la altura de estándares normativos cada vez más ambiciosos (como el que la UE proyecta con el Pacto Verde Europeo y que fue asumido por el Gobierno de España como un reto y una oportunidad), el alineamiento de la inversión pública y privada para financiar proyectos relacionados con la sostenibilidad, las demandas de los propios clientes, de la propia plantilla y, como no, de la propia sociedad.
Todo este acervo de ideas nos lleva a traccionar del sector naval en el PERTE Naval, con tres proyectos específicamente dedicados a temas de sostenibilidad (Cambio Climático, Economía Circular y Ecodiseño, con proyectos liderados por Navantia), a esperar poder participar con otras sociedades mercantiles estatales en el PERTE de Descarbonización Industrial y, en definitiva, a asumir el reto que supone proyectar un modelo de negocio responsable con nuestro tiempo y el de las generaciones venideras.
En la variable Ambiental, debe destacarse el papel de Navantia en la transición sostenible, con las acciones que se están llevando a cabo para reducir y compensar la huella de carbono. La situación geopolítica actual nos enseña la necesidad de abordar una descarbonización sólida de nuestro tejido industrial para no depender de terceros países, a la par que se plantean no pocas ventajas competitivas y se contribuye a la mejora de nuestro entorno. En este sentido, Navantia acaba de conseguir por primera vez la certificación de la reducción de emisiones del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), al acreditarse una disminución del 7% de la media de la intensidad de emisión en el trienio 2019-2021 respecto del trienio 2018-2020. Además, como puede comprobarse en su informe de estado no financiero verificado, se constatan reducciones de los consumos de energía y agua, y una clara apuesta por un modelo de producción circular con el incremento en la valorización de los residuos, siendo referente a nivel nacional al contar todos sus centros con el certificado Residuo Cero. Igualmente, se compromete con la biodiversidad de su entorno a través de los proyectos de compensación de emisiones “Ecosistema Navantia”.
El impulso al ecodiseño, a la transformación digital y a la innovación suponen retos corporativos en clave de sostenibilidad que se traducen en sinergias duales, en el aumento de nuestra presencia en proyectos europeos y en el impulso de la eficiencia y mejora de nuestros procesos y productos. El gemelo digital se sitúa a la vanguardia del sector como muestra de ello. Del mismo modo, Navantia impulsa su línea de negocio Seanergies, con la que proyecta su actividad en energías verdes, eólica marina e hidrógeno, además de incorporar soluciones sostenibles al sector de la Defensa, como el sistema AIP a los submarinos de la clase s-80. En cuanto a la Dimensión Social, se prioriza a las personas como motor del cambio, impulsando el valor de la diversidad, el talento de Navantia, la organización del trabajo y el entorno de trabajo seguro y saludable. Destaca que la actividad de Navantia generó 24.360 empleos y 1.300 millones de euros de aportación al PIB en 2022. Además, se están redoblando los esfuerzos para ser cada vez más diversos a través del rejuvenecimiento de la plantilla y que el 29% de las mujeres de la misma ya ocupan puestos de responsabilidad, un porcentaje por el que la Comisión de Igualdad de Navantia sigue trabajando para mejorarlo. Se evidencia también que Navantia está firmemente comprometida con el empleo estable, con casi un 93,75% de contratación indefinida en su plantilla.
Asimismo, desde la perspectiva de seguridad y salud laboral se asume como compromiso y un valor, tanto a título individual como en función del cargo que desempeñan, de todos y cada uno de los trabajadores, propios o de cualquiera de las partes interesadas pertinentes, integrándolas actuaciones preventivas y ambientales en el conjunto de sus actividades y decisiones. El compromiso constante en la reducción de la accidentalidad, la promoción de la salud con perspectiva de género, así como el programa de bienestar emocional “Ayúdanos a ayudarte” constituyen paradigmas del impulso de esta materia.
Por último, en la parte de Gobernanza, Navantia está implantando las mejores prácticas con sus políticas de buen gobierno y compliance, impulsando alianzas con sus grupos de interés, así como la promoción de los Derechos Humanos de acuerdo con los estándares y acuerdos internacionales.
Nuestra alianza con el Pacto Mundial de Naciones Unidas no solo refleja una vocación de aunar las necesidades de negocio con las tendencias actuales en materia de sostenibilidad, sino que pone de manifiesto el compromiso constante con los valores de nuestra sociedad a través de diversas iniciativas (por ejemplo, con nuestra participación en la I edición del programa Proveedores Sostenibles), así como la adecuada formación y capacitación de nuestra plantilla.
Por estar a la altura de un marco legal ambicioso, por demanda de clientes e inversores, por competitividad, pero, por encima de todo, por compromiso con los valores y retos de nuestro tiempo desde la ejemplaridad pública, Navantia asume e integra la sostenibilidad como una pieza clave a la hora de abordar la política y gestión de su actividad, liderando los diversos desafíos que ya son hoy una realidad.
*Ricardo Domínguez es presidente de Navantia.