El país número uno, Dinamarca, se ha clasificado por primera vez en 6 de las 10 ediciones de la lista Forbes de mejores países para hacer negocios. Últimamente ha estado muy a la orden del día gracias a las diversas campañas electorales alrededor del mundo, en las que han señalado a dicho país como un modelo a seguir. Tienen una de las mayores cargas de impuestos individuales del mundo, pero a cambio de unos servicios de amplio alcance combinados con una gran economía de mercado.
De los 11 indicadores que utilizamos para clasificar los países de esta lista, Dinamarca se ha clasificado entre los 20 primeros en 10 de ellos. El indicador en el que ha salido perdiendo es el de la burocracia, donde se ha quedado en un modesto puesto 28. Sin embargo, esto se compensa con otros rasgos muy positivos como una gran libertad de mercado y muy una baja corrupción (personal y monetaria). En cuanto a leyes, su clima regulatorio es uno de los más “transparentes y eficientes” del mundo, según la Heritage Foundation.
La economía danesa ha sido algo floja en los últimos tiempos, de hecho, el año pasado sólo creció un 1,1% y este año no tiene pinta de hacerlo mucho más según los datos recogidos hasta el momento. No obstante, a pesar de esta situación provocada por una caída en los ingresos por exportaciones, la base está en su sitio, es sólida y está preparada para una próxima y fuerte actividad económica.
De esta manera, Dinamarca es el mejor país del mundo para hacer negocios y, a excepción de Nueva Zelanda que ocupa el segundo puesto e Irlanda el cuarto, está acompañado en el top five de la lista por algunos de sus vecinos nórdicos: Noruega y Suecia.
Según el resto de la clasificación, la imagen empresarial de Europa, en general, es bastante mejor que la de Estados Unidos en este nuevo ranking, y es que EE.UU. ha continuando con una caída libre que comenzó hace ahora seis años. En 2009, el país presidido por Obama ocupada el segundo puesto de la lista y ahora se ha deslizado hasta el número 22.