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Buenas soluciones ante pésimos jefes

Buenas soluciones ante pésimos jefes

Trabajar para un jefe maleducado, injusto y nefasto y tratar de agradarle en todo momento, produce un desgaste de energía mental y emocional. Entonces, tu trabajo se traduce en “mantener a tu jefe feliz, sea como sea”, en lugar de “lograr ciertos objetivos profesionales”. A no ser que necesiten exclusivamente tu ayuda o que estén teniendo problemas graves, tienes que pensar en el trabajo por el que te han contratado. Lo que ocurre es que la mayoría de personas no pueden dejar de trabajar cuando se dan cuenta de lo malo que es su jefe (o quizá estar en esa empresa es lo que te va a permitir ascender en un futuro), por eso hay que desarrollar herramientas y técnicas que permitan soportar a un jefe difícil el tiempo suficiente para conseguir lo que vinimos a lograr en el trabajo. Pero un punto importante en la relación jefe-empleado es la pérdida de confianza. Hay que recordar que él es solo una persona más en la tierra. ¿Tanto importa lo que te diga tu jefe? Intenta hacer oídos sordos. ¿Por qué aceptaste este trabajo? Tal vez sea por la experiencia internacional, la experiencia en un puesto de ventas o trabajar con un nuevo tipo de software. Cualquier cosa por la que dijiste que sí es tu enfoque.

Buenas soluciones ante pésimos jefes

Entre frío y caliente. El lunes te dice: “Buen trabajo, sigue así”. El viernes te suelta: “Parece que no sabes de qué va este trabajo”. ¿Cómo tratas con un jefe tan dispar? No te ilusiones por su aprobación. No necesitas el elogio de tu jefe para sentirte competente, así sus críticas te molestarán menos.

Buenas soluciones ante pésimos jefes

Críticas de segunda mano. Ya es bastante malo oír “esperaba mucho más de ti”, pero es aún peor cuando escuchar “el vicepresidente está realmente decepcionado con tu trabajo”. Los malos jefes crean así tu dependencia hacia ellos. Para remediarlo, esfuérzate por entablar una buena relación con los altos cargos de tu empresa y así sabrá si realmente eres un problema o alguien que está aprendiendo.

Buenas soluciones ante pésimos jefes

Convierten las peticiones en amenazas. ¿Cómo? Vas por el pasillo y te encuentras con tu jefe. Te dice: “Si tienes un momento, ¿podrías revisar las cuentas lo antes posible y arreglar los problemas de pagos? El responsable de ventas me ha dicho que no recibiremos más pedidos si no solucionamos esto y eso puede dejarte en muy mal lugar.

Buenas soluciones ante pésimos jefes

Esto ocurre porque tu jefe no tiene la suficiente confianza en sí mismo y de lo único que está seguro es de que sabe quién está en el poder. No te asustes. Si tu jefe utiliza el miedo como arma, no reacciones. Habla personalmente con el responsable de la petición y soluciona las cosas como personas maduras.

Buenas soluciones ante pésimos jefes

Al mar humor… ¿buenas caras? Pocas cosas pueden asustar más que un jefe muy enfadado. Cuando esto ocurra, toma aire y canta mentalmente tu canción favorita. Parece que defenderse del asalto verbal de tu jefe es algo esencial, pero no. Mantén la calma e transmitir esa tranquilidad.

Buenas soluciones ante pésimos jefes

Te engañan. Con tu trabajo tienes que demostrar que eres esencial para el éxito de ese departamento. Por esa razón, tu jefe será más reacio a despedirte e incluso puede que quiera agradarte. Pero ten cuidado. Así es como los malos jefes quieren controlarte: siendo los mejores amigos. Establece una frontera entre lo profesional y lo personal. Sé amable (como siempre) y aprovéchate del reciente buen humor. Pero nunca te confíes.

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