En la economía actual, la perspectiva de pedir un aumento puede resultar más intimidatoria de lo habitual, pero con más despidos masivos y el aumento de la inflación, aún más necesaria. Con tanta incertidumbre, muchos empleados se preguntan si es el momento adecuado para plantear a sus jefes el aumento salarial que necesitan desesperadamente para capear los difíciles tiempos financieros.
Sin embargo, con el enfoque adecuado, aún es posible abogar por una compensación justa. Aquí tienes algunos consejos para hacerlo bien y asegurarte ese aumento de sueldo que te mereces.
1. Investiga y reflexiona
Antes de pensar siquiera en programar una reunión con tu supervisor, haz los deberes. Utiliza sitios web de comparación salarial, redes profesionales e informes del sector para recopilar datos sobre los estándares del sector y los puntos de referencia salariales para tu puesto.
A continuación, reflexiona sobre tu rendimiento. Destaca tus responsabilidades, logros y cualquier habilidad o certificación adicional que hayas adquirido desde tu última negociación salarial. Si guardas copias impresas de los comentarios positivos de los clientes y señalas en qué aspectos de tu trabajo has superado las expectativas, estarás en una buena posición. Prepárate para demostrar tu valor para la empresa, especialmente en términos de contribución a la estabilidad en tiempos difíciles. Tu investigación y reflexión no sólo te ayudarán a determinar una petición de aumento justa, sino que también aumentarán tu confianza durante la conversación.
2. Saber que el momento oportuno lo es todo
En una economía en recesión, el momento oportuno se convierte en un factor mucho más crítico a la hora de solicitar un aumento. Considera la salud financiera de tu empresa y tu sector: si tu organización atraviesa dificultades financieras o está despidiendo empleados, puede que no sea el mejor momento para pedir un aumento; sin embargo, si tu empresa es relativamente estable o ha presentado recientemente resultados financieros positivos, tu jefe puede ser más receptivo a la idea.
No obstante, siempre hay margen para compensar más a alguien si está superando sus resultados y es indispensable para el equipo.
Asegúrate de elegir un momento adecuado dentro del ciclo de revisión anual de tu empresa o del periodo de planificación presupuestaria. Un momento estratégico puede aumentar la probabilidad de una respuesta positiva.
Para que la conversación sea más informal y bien recibida, puedes plantear la reunión como un momento para exponer tus objetivos financieros y preguntar cómo podéis colaborar tú y tu jefe para encaminaros hacia la consecución de los mismos, en lugar de como una mesa de negociación.
3. Destaca tu valor y lealtad
En tiempos de crisis, las empresas suelen dar prioridad a los empleados adaptables e ingeniosos que pueden ayudar a la organización a capear el temporal. Cuando te dirijas a tu jefe para pedir un aumento, destaca tu capacidad para adaptarte a las circunstancias cambiantes, tu disposición a asumir responsabilidades adicionales y tus contribuciones a las medidas de ahorro o generación de ingresos.
Muestra ejemplos concretos de cómo tus habilidades y tu esfuerzo han marcado la diferencia en los resultados de la empresa. Si te posicionas como un activo indispensable y un empleado leal, no sólo justificarás tu petición de aumento, sino que también demostrarás tu compromiso con el éxito de la organización.
Aunque pedir un aumento en una coyuntura económica desfavorable puede parecer una tarea desalentadora, no es imposible. Recuerda que una comunicación abierta y respetuosa con tu empleador es clave para alcanzar tus objetivos financieros, incluso en tiempos de dificultades económicas.
Aborda la conversación con confianza y una clara comprensión de tu valía, y puede que descubras que tu empleador está más dispuesto a recompensar sus contribuciones de lo que esperabas. Al fin y al cabo, no se trata sólo de pedir un aumento; se trata de pedir una compensación justa y de reconocer tu propio valor en el lugar de trabajo.
