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El negocio del rechazo: cómo recuperarse después de una paliza emocional


El dolor emocional que sientes es real, pero no puedes dejar que el temor a ser rechazado impida alcanzar tus sueños. Las personas de negocios más exitosas entienden que la evaluación subjetiva de alguien hacia ellas no indica falta de mérito o de capacidad. Aunque es más fácil decirlo que hacerlo, solo hay una manera de dominar el rechazo: aprendiendo a no tomarse las cosas personalmente, a pesar de que uno siempre se sienta rechazado. Haz que rebote. El rechazo es muy difícil, especialmente para aquellas personas que vierten sus vidas en el trabajo. Por eso, creemos que es necesario ofrecer una serie de trucos para recuperarse:

Aprende a dominar tus emociones. Los líderes empresariales se enfrentan al rechazo diariamente, tanto si es la crítica de un compañero o de un futuro inversor. ¿Quién sabe cuántos clientes han optado por la oferta de un competidor en lugar de la tuya? Son realidades de negocio. Por eso, es necesario ser capaz de calmarse a sí mismo, sin reprimir tus emociones. Llama a un amigo, familiar, persona de confianza o quédate contigo mismo. Cualquier salida que te aleje de la ruta del fuego. Aprender a dominar las emociones ayuda a ver con claridad las verdaderas intenciones del “enemigo” y analizar si vale la pena reaccionar.

Separa los negocios de la vida personal. Tiene que haber una separación entre la forma de actuar en tu vida personal y la forma de actuar profesionalmente. Que tu mundo profesional esté lleno de tensión e ira, no significa que tu vida privada tenga que ser así. Es natural sentirse incómodo cuando has tomado una decisión complicada en tu trabajo, pero las decisiones empresariales se toman en los negocios.

Busca retroalimentación. A pesar de que el rechazo sea devastador, es la mejor oportunidad de aprendizaje en los negocios. En ningún otro lugar vas a obtener tanta honestidad. Es muy difícil crecer si todo lo que te rodea son elogios por tu trabajo. Hazte preguntas: ¿Qué otras alternativas tengo? ¿Qué podría haber hecho mejor en el terreno de juego?

Vivir con el rechazo. La próxima vez que el rechazo te ponga en una vertiginosa crisis emocional, date cuenta de que siempre hay otra oportunidad. Aprender a manejar el rechazo tiene que ver con la comprensión de dónde se encuentran tus propios valores. El mejor modo de pensar es aprender de la experiencia.