En España siete personas que en 2016 tenían menos de 600 millones, han superado esta barrera y ahora un total de 24 individuos tienen en su poder entre 600 y 1.000 millones de euros. No obstante, por un efecto puramente estadístico, la riqueza media de este grupo se ha diluido. En paralelo se ha reducido el número de millonarios con menos de 600 millones, pero ha aumentado su riqueza media hasta 390 millones, un 24% más que en 2016.
Y es que la recuperación de la bolsa y del mercado inmobiliario está beneficiando a los que tienen más liquidez, pero la fiesta no llega a todos por igual. En España, la Agencia Tributaria considera ricos a los que tienen más de 30 millones de euros (diez veces menos que los ricos de la ‘Lista Forbes’). Según los datos de la Administración, el número de patrimonios de más de 30 millones de euros se ha duplicado entre 2007 y 2015, al pasar de 233 personas a 549.
Cada vez hay más millonarios en España, pero Fernando Faces, profesor del Instituto Internacional San Telmo, matiza: “La evolución ha sido cíclica. El comportamiento de los patrimonios de los ricos no ha sido homogéneo. Al principio sufrieron el impacto del desplome de la bolsa, pero la recuperación está favoreciendo más a las grandes fortunas”.
Sin embargo, aunque los ricos se han reforzado, también hay una criba en su situación tras la crisis. Y el cedazo criba no sólo es según el tipo de activos e inversiones, sino también en función de la ciudad o comunidad autónoma donde están establecidos. En la bolsa, el índice Ibex-35 cayó un 15% entre septiembre de 2015 y 2016, aunque en 2017 regresó a los niveles de 2016. Pero no ha sido una recuperación homogénea y ha habido muchos picos de sierra, y las cotizaciones de algunas empresas se han desplomado.
Amancio Ortega es también un ejemplo de inversor inmobiliario de éxito: ha dispuesto de liquidez para comprar activos, sobre todo inmobiliarios, que generan rentas recurrentes a través de alquileres y son un colchón que puede venderse en el futuro con plusvalías. Y no es el único. Tomás Olivo, propietario de General de Galerías Comerciales, ha construido un imperio de centros comerciales, muchos de ellos en la costa. Al constituirse en socimi, los analistas de CB Richard Ellis han valorado sus activos en unos 2.000 millones, una cifra de la que ya han descontado la deuda. Y también es el caso de la familia valenciana Puyol, que prácticamente ha duplicado el valor de su patrimonio en dos años.
El ladrillo está cimentando su fortuna, pero el comportamiento del sector es muy irregular. Faces advierte que “la construcción está saliendo de la crisis, pero a una velocidad muy ‘normalita”. Además, los activos que mejor se están comportando son los que hallan situados en Madrid, Cataluña o Baleares. En su opinión, los negocios que atraerán más capitales en el futuro “son los relacionados con la biotecnología, sanidad, nanotecnología etc.”.
Ricos con clase
La clase no es sólo ganar dinero, sino invertirlo en activos de ocio que generan dinero. En este sentido, invertir en fincas puede ser rentable a largo plazo. La familia Mora-Figueroa Domecq lo sabe muy bien. En 2016, el jeque Mansour Al Nahyan compró su finca Los Quintos de San Martín (Extremadura) por 55 millones de euros, un buen arreglo que ha engrasado de verde su patrimonio. Claro, que no es una finca cualquiera: Tiene 8.000 hectáreas y en ella se han organizado algunas de las mayores monterías de España.
No son los únicos. El torero Ortega Cano vendió la finca Yerbabuena a la millonaria peruana Rocío Leonor Torres por 5,4 millones, y meses después compró otra hacienda en Badajoz por dos millones. Pero, como en todo, los ricos que tienen prisa o necesidad de liquidez pueden perder dinero o no ganar lo que querían.
En 1989, el actor norteamericano Michael Douglas compró la finca S’Estaca, con 100 hectáreas en la sierra de la Tramontana (Mallorca). En 2014 la puso a la venta a través de Sotheby’s International Realty por más de 50 millones, pero no obtuvo más de 40 millones. En estos casos, la venta de fincas es un termómetro para analizar la salud del mercado y valorar los activos de los ricos.
Y en España hay un buen puñado de ricos con unas cuantas grandes haciendas. Francisco Botín tiene la finca El Castaño (4.600 hectáreas) y su hermana Ana Botín tiene otras 3.000 hectáreas en la finca Santa María. No muy lejos, en Toledo, Juan Abelló posee tres fincas: Las Navas, Los Robledillos y Torneros. Y es también propietario de la finca El Lobillo, en Ciudad Real.
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