Lego ha abandonado su plan para eliminar los plásticos derivados del petróleo en la fabricación de sus famosos ladrillos de construcción tras descubrir que el material alternativo que iba a utilizar provocaba mayores emisiones de carbono.
El mayor fabricante de juguetes del mundo anunció hace dos años que había probado un prototipo de ladrillo fabricado con botellas de plástico reciclado en lugar de plástico ABS derivado del petróleo, utilizado actualmente en cerca del 80% de los miles de millones de piezas que fabrica cada año.
Sin embargo, Niels Christiansen, presidente y CEO del grupo danés, ha declarado al Financial Times que el uso de tereftalato de polietileno reciclado (RPET) habría provocado mayores emisiones de carbono a lo largo de la vida útil del producto, ya que habría requerido nuevos equipos.
En su lugar, Lego ha decidido intentar mejorar la huella de carbono a lo largo del tiempo del ABS, que actualmente necesita unos dos kilogramos de petróleo para fabricar un kilogramo de plástico, según recoge el periódico.
«Al principio, pensábamos que era más fácil encontrar este nuevo material» que resolvería el problema de la sostenibilidad, pero «eso no parece ser así», asegura el directivo, explicando que «hemos probado cientos y cientos de materiales. Simplemente no ha sido posible encontrar un material así».
El cambio de estrategia de Lego pone de manifiesto las difíciles decisiones a las que se enfrentan las empresas en materia de sostenibilidad, donde pueden entrar en conflicto diferentes objetivos, como eliminar el uso de combustibles fósiles y reducir las emisiones de carbono.
Objetivos fallidos
El objetivo inicial de la juguetera danesa para 2030 era eliminar todos los plásticos derivados del petróleo en la veintena de materiales que utiliza en sus juegos. También anunció su intención de eliminar las bolsas de plástico de un solo uso utilizadas en los embalajes de sus ladrillos de construcción para 2025.
Pero sustituir el ABS, un plástico que hace que los ladrillos sean duraderos y fáciles de montar y desmontar, ha resultado mucho más difícil.
Tim Brooks, responsable de Sostenibilidad de Lego, explica que el plástico RPET es más blando que el ABS, por lo que necesita ingredientes adicionales para ofrecer la misma seguridad y durabilidad que el plástico actual, así como grandes cantidades de energía para procesarlo y secarlo. «Es como intentar fabricar una bicicleta de madera en lugar de acero», afirma.
Además, el directivo puntualiza que “para ampliar la producción [de PET reciclado], necesitábamos cambiar las fábricas. La huella de carbono habría sido mayor”.
Lego se propone ahora hacer más sostenible cada uno de los componentes del plástico ABS incorporando gradualmente más material de origen biológico y reciclado. «No se trata de pasar del 0% al 100% de sostenibilidad de un día para otro, sino de empezar con elementos basados en materiales biológicos o reciclados. Puede que el 50%, el 30% o el 70% se base en eso», explicó Christiansen. Sin embargo, el ejecutivo admitió que esto dificultaría la comunicación con los consumidores, ya que inicialmente sería imposible decir hasta qué punto se habían reducido las emisiones en cada uno de los juegos.
Por otro lado, el presidente y CEO de Lego considera que este nuevo enfoque es el correcto y ayudará a la empresa a cumplir su objetivo de reducir un 37% sus emisiones en 2032 frente a 2019 y de utilizar únicamente materiales sostenibles para entonces.
Más inversión para ser sostenibles
El grupo busca triplicar su gasto en sostenibilidad hasta alcanzar los 3.000 millones de coronas danesas (402 millones de euros) anuales de aquí a 2025, y Christiansen admitió que ello podría afectar a sus márgenes de beneficio, ya que no repercutiría en los consumidores el mayor coste de comprar materiales sostenibles.
Por su parte, Brooks afirmó que Lego ha pasado de centrarse exclusivamente en materiales sostenibles a buscar materiales con menos emisiones y potencialmente circulares que puedan reciclarse y reutilizarse. «El RPET es un buen ejemplo de por qué no queremos ser tan dogmáticos», añadió.
Otro de los grandes objetivos es reutilizar o reciclar los miles de millones de ladrillos que hay en las habitaciones de los niños.
Programa Replay
Lego ha puesto en marcha el programa Replay en Estados Unidos y Canadá –que llegará a Europa el año que viene–, en el que la gente dona sus ladrillos, que se clasifican y limpian antes de destinarse a organizaciones benéficas.
En este sentido, Brooks espera que en los próximos dos o tres años Lego sepa cómo recoger y clasificar mejor las piezas, antes de lanzar una oferta más comercial en la que la gente pueda ganar dinero devolviendo sus viejos sets, que a su vez podrían reutilizarse y empaquetarse como sets nuevos.
«Es mejor reutilizar que reciclar. Así que estamos estudiando un modelo de negocio circular: cómo obtener ingresos reciclando ladrillos. Es todo un cambio de mentalidad y de ideas», añade el directivo.