La compra (a falta de la aprobación del Gobierno) del 9,9% de las acciones de Telefónica por parte de Saudí Telecom ha dejado a España preguntándose sobre la capacidad de nuestro país para controlar los grandes grupos empresariales sin que los adquiera capital extranjero.
El período en el que se comenzaron a privatizar compañías estratégicas como Telefónica, Repsol, Endesa o Iberia coincidió con los años previos a la entrada de España en la zona Euro. La medida para garantizar que esas empresas mantuvieran su capital español fue introducir núcleos duros, por los que se aseguraba que al menos el 5% de la empresa estaría controlada por grupos españoles. Sin embargo, con el tiempo se fue perdiendo ese control
En la actualidad, los únicos grupos industriales que mantienen relevancia en el mercado es la Sepi y Criteria. La primera tiene participaciones en organismos públicos como Correos, Mercasa y Enusa, pero también en privados, en concreto en Indra, Enagás, IAG, Airbus o Navantia. Por su parte, Criteria se encuentra presente en Telefónica, Cellnex o Naturgy.
Otras situaciones difíciles
Telefónica no ha sido la única compañía estratégica que ha sido comprada por parte de capital extranejero. Es también el caso de Endesa, que pasó a manos de la italiana Enel, aunque de no haber sido comprada por ella, igualmente habría recaído en capital extranjero ya que la segunda oferta más alta era la de la alemana E.ON.
También surgió un conflicto político cuando la Sepi, que ya era poseedora del 20% de Indra, quiso adquirir otro 10%. Las críticas no se hicieron esperar, aunque a posteriori, se generó un conseso favorable a su adquisición. Unas decisiones no exentas de tintes políticos que pueden llegar a influir en el devenir de la toma de decisiones trascendentales para la economía y los sectores estratégicos del país.
