En esta provincia de Italia se fundó el Grupo Ferrero, que es el principal fabricante de multitud de productos dulces. La reputación de los postres italianos es mundialmente conocida: tiramisú, gelato, panna cotta, panettone… Esto nos da pistas del ingenio que tiene la familia Ferrero para convertir una pastelería en una fábrica, y transformar la compañía en un grupo internacional. El hijo de Piera y Pietro, Michele Ferrero, cogió rápidamente las riendas de la empresa y tomó una de las decisiones más importantes que marcarían el futuro de la empresa: producir en el extranjero.
El éxito global que han alcanzado es de sobra conocido, basta con observar una estantería de cualquier supermercado y encontrar firmas como Nutella, Ferrero Rocher, las chocolatinas Kinder o los Tic Tac. EL Grupo va al alza y cerró el pasado año financiero con unos beneficios de 9.542 millones de euros, están presente en 160 países y en sus mercados principales tuvo resultados excelentes.
Michele Ferrero falleció a los 89 años en su casa de Monte Carlo en 2015. Su mujer pasó a ocupar su lugar en la empresa y es por ello, que Maria Franca Fissolo está considerada la tercera mujer más rica del mundo. Se estima su fortuna en 26.2 billones de dólares, y es la número 1 de la Lista Forbes en Italia. Ha cosechado el éxito desde la discreción, alejada del ruido y de la vida social, siempre atendiendo con amabilidad a las personas que se le acercaban. Ahora ella y su hijo Giovanni, el consejero delegado, realzan el lema de la empresa familiar “trabajar, crear, donar” y siguen la estela de los valores fundacionales que albergaron la creación del Grupo Ferrero.