Hasta ahora estábamos acostumbrados al dinero en efectivo, funcionar con tarjetas y depositar nuestro dinero en los bancos pero el siglo XXI nos deja ver que el futuro no será exactamente igual.
Pedir hipotecas o abrir cuentas de manera física ha pasado a mejor vida. El mismo camino que corre la forma de invertir o de pedir financiación. Son tiempos de plataformas de crowdfunding y de crowdlending en los que, en ocasiones, los bancos tradicionales han pasado a un segundo plano en algunos aspectos.
Para hablarnos de fintech llega la primera mesa redonda del #Forbes30 con la moderación de Juan Pedro Gravel, socio de Estrategia Tecnológica y Arquitectura de Deloitte que compartirá espacio con Ariadna Masó, directora asociada en Barings (Babson Capital), Alex Sicart, cofundador de Sharge, Pablo Vidarte de Arkyne Tech, Arantxa Unda, CEO de Sigesa, Enrique Cat, cofundador y CoCEO de Nostoc Biotech y Jaime Riesgo, fundador de Cervezas La Virgen.
Ideas que duran menos tiempo, empresas que se lanzan antes pero también asumen más riesgos ha sido la introducción que Juan Pedro Gravel ha lanzado a nuestros ponentes que han respondido asertivamente a este hecho. Talento, conocimiento y actitud son bases para crecer, pero ¿cómo influye, para bien y para mal, en España para emprender?
“España tiene mucho talento y muchos emprendedores pero nos falla el marco fiscal”, asegura Ariadna Masó. Algo en lo que coincide Alex Sicart al hablar de su sector, el de la energía y de economía colaborativa, donde considera que “coinciden dos trabas clásicas del mercado español”. Sin embargo, en el lado de las ventajas, Arantxa Unda reivindica el papel de la lengua como ventaja competitiva española. “América Latina es un gran valor para el emprendedor español pero lo que nos falta es perder el miedo al fracaso, algo que está muy interiorizado en la cultura anglosajona del emprendimiento”.
En ese punto de vista coincide Pablo Vidarte, al referirse a “no crear empresas porque hemos visto las orejas al lobo”. La crisis, en palabras de Vidarte, no debe servir para buscar nuevas formas de buscarse la vida porque con esa intencionalidad lo más probable es fracasar.
Aunque también hay grandes oportunidades como las que menciona Enrique Cat, al recordar que “en el emprendedor hay un enfoque artístico que los españoles dominamos” aunque en nuestro debe está una sobrelegislación que “perjudica no sólo al emprendedor, sino también al usuario”.
Otro de los caballos de batalla de los emprendedores es cómo obtener financiación. En palabras de Oscar Pierre es un tema menor siempre y cuando los números sean buenos y el plan sea viable. Algo en lo que coincide Enrique Cat pero que insiste en el papel de los antiguos emprendedores, convirtiéndolos en los inversores del mañana, poniendo como ejemplo a Iñali Arola o a Jesús Encinar. Pero no sólo de inversiones vive el emprendedor, sino también de cómo se dan los primeros pasos.
En ese sentido, Jaime Riesgo indica que lo vivió en casa desde pequeño pero que también tuvo la iniciativa propia de sentirse dueño de su vida. A ello también se suma Arantxa Unda, remarcando que aunque en sus historia familiar la empresa fue fundada por su padre pero que en la actualidad ambos son propietarios de ella. Para conseguirlo, Arantxa pidió un crédito para comprar parte de la empresa a los socios minoritarios para tomar parte activa en las decisiones.
En ese acicate personal también está Alex Sicart, aún estudiante de bachillerato, y que desde pequeño ya sentía el impulso de innovar. Tanto es así que desarrolló en la ESO una aplicación compartida con sus compañeros de clase para intercambiar apuntes o difundir exámenes.
De ahí pasamos al KFC de Enrique Cat, que tras una experiencia laboral allí se dio cuenta de que no quería realizar un trabajo tan monótono, por lo que al año siguiente de esa experiencia fundó su propia empresa.
Sin embargo, a la eterna pregunta de “¿el emprendedor, nace o se hace”? de Juan Pedro todos los ponentes coincidieron en que tiene que haber una parte de las dos, que consideran indispensables para el desarrollo de la actividad empresarial. Exactamente igual que en las “necesidades del emprendedor” como la mencionada por Ariadna en torno a la empatía con el equipo, la valentía según Arantxa, un buen equipo en la opinión de Alex, cierta modestia valiente para Óscar o la determinación que Enrique asocia a esta voluntad de cambio.