Elon Musk afirmó el miércoles que X, antes conocida como Twitter, podría convertirse algún día en una empresa de un billón de dólares, una valoración estelar que pocas compañías han alcanzado, a pesar de las grandes turbulencias surgidas desde que el multimillonario tomó el timón el pasado octubre.
Datos clave
Una de las primeras medidas de Musk tras adquirir Twitter fue despedir inmediatamente a la mayor parte de la plantilla de la empresa –según los informes, el número de empleados se redujo de más de 7.500 a unos 1.300–, lo que hizo temer que la empresa no contara con personal suficiente para mantener adecuadamente la plataforma, moderar los contenidos o cumplir los requisitos normativos.
La naturaleza abrupta de los despidos y la forma en que se gestionaron han desencadenado numerosas demandas de antiguos empleados que podrían acabar costando a la plataforma cientos de millones de dólares.
Los impopulares cambios de política, en particular la moderación de contenidos, la implantación de una impopular suscripción de pago y la revisión del sistema de verificación de identidad, asustaron a los usuarios y desataron el caos cuando los suplantadores de identidad abusaron del nuevo sistema, con la consiguiente caída de los ingresos publicitarios al retirar las empresas sus anuncios.
Las demandas de antiguos empleados son sólo una pequeña parte de los problemas legales de X, que incluyen numerosas denuncias por impago de facturas de oficina, un importante pleito por derechos de autor por permitir a los usuarios publicar vídeo y audio con música protegida por derechos de autor, posibles roces con los reguladores por no frenar la difusión de contenidos ilegales en Internet y no pagar a los editores de noticias por los contenidos y las tasas por instalar un gigantesco letrero luminoso con una «X» en el tejado de la sede de la empresa.
Los problemas técnicos también han afectado a la plataforma desde la llegada de Musk: cortes inexplicables, fallos de privacidad, cierres de sesión aleatorios, restricciones sobre lo que los usuarios pueden ver y limitación del número de publicaciones que pueden ver al día.
X también está luchando contra una serie de rivales que compiten por el puesto de Twitter, como Bluesky y Spill, dirigidas por antiguos empleados, y, sobre todo, la esperada Threads de Meta, que se convirtió en la aplicación de mayor crecimiento de la historia días después de su lanzamiento, pero que desde entonces ha sufrido una caída en el número de usuarios.
«No se descarta»
Un billón de dólares de capitalización de mercado para X «no se descarta», dijo Musk en un post el miércoles. No es la primera vez que el multimillonario hace una predicción de este tipo y tiene fama de hacer previsiones a veces extravagantes. La cifra supondría un aumento sustancial respecto a los 44.000 millones de dólares por los que Musk compró Twitter en 2022. En cuestión de meses, Twitter ha sufrido una drástica transformación, que incluye el cambio de marca a X. Musk cambió el icónico logotipo del pájaro, lo que, según los expertos de Forbes, corre el riesgo de borrar miles de millones en valor de marca.
Aunque poco convencional, el cambio señala un movimiento hacia la transformación de la plataforma en una «aplicación para todo» al estilo de WeChat de China, algo que Musk ha estado prometiendo para construir un rival. Estas superaplicaciones son como navajas suizas virtuales que combinan funciones de varias aplicaciones, como transporte, reparto de comida, pagos, inversiones y mensajería, y dominan los mercados en algunas partes de Asia, donde son omnipresentes en la vida cotidiana. Existe un gran potencial para que este modelo despegue en los mercados occidentales, y los expertos han declarado a Forbes que el cambio de marca es una oportunidad para que Musk añada funciones que eleven la plataforma más allá de las redes sociales.
Valoración de Forbes
231.200 millones de dólares. Esa es la cifra que Forbes calcula que vale Musk. Ocupa el primer puesto en la lista de Forbes de las personas más ricas del mundo, aventajando en unos 18.000 millones de dólares al magnate francés de artículos de lujo Bernard Arnault, que ocupa el segundo lugar. La fortuna de Musk procede en gran medida de su participación en el fabricante de coches eléctricos Tesla y de una cohorte de valiosas empresas que cofundó, entre ellas la firma de cohetes SpaceX, la empresa de implantes cerebrales Neuralink y la de túneles Boring Company.
Muy pocas empresas han logrado alcanzar una valoración de 1 billón de dólares, pero X no sería la primera de las compañías de Musk en llegar a ese umbral. Tesla superó el billón de dólares de capitalización bursátil en 2021, siendo la sexta empresa de la historia de Estados Unidos en superar ese hito. Desde entonces, su valor ha caído muy por debajo de ese nivel, aunque sigue estando valorada en más de 730.000 millones de dólares.