La Fundación Bill y Melinda Gates ha anunciado 48 beneficiarios de un programa de 5 millones de dólares para desarrollar aplicaciones basadas en la Inteligencia Artificial y construidas sobre grandes modelos lingüísticos que aborden problemas acuciantes en países de renta baja y media.
Los becarios, que recibirán 100.000 dólares cada uno, están trabajando en problemas que abarcan un amplio espectro, desde investigadores que desarrollan un chatbot basado en ChatGPT para crear y gestionar historiales médicos electrónicos detallados para el personal sanitario de maternidad en Pakistán hasta un empresario que trabaja en una herramienta de tutoría con IA para ofrecer educación especializada a estudiantes de Kenia.
Aunque la mayoría de los beneficiarios pretenden probar el uso de la IA generativa para cuestiones sanitarias como la evaluación del riesgo de VIH, la atención prenatal y la prescripción de antibióticos, varios se centran en aplicar la tecnología a otros problemas locales. Por ejemplo, un grupo de científicos de Uganda planea utilizar los fondos para crear una aplicación basada en ChatGPT que proporcione a los agricultores información sobre las enfermedades de los cultivos; como parte del proyecto, los científicos tienen previsto crear un conjunto de datos en la lengua nativa luganda. En Vietnam, un investigador está creando un chatbot para asesorar a los residentes de una zona afectada por la intrusión de agua salada mediante el ajuste de GPT-4 con datos en vietnamita. En Brasil, una organización sin ánimo de lucro planea utilizar LLM para desarrollar un bot de apoyo para psicólogos y abogados que ayudan a mujeres que han sufrido violencia de género.
En estos momentos, la gran mayoría de las grandes empresas de IA se encuentran en el norte del planeta. El objetivo de esta iniciativa es fomentar el desarrollo de la IA generativa en todo el mundo, para que más personas puedan beneficiarse de esta tecnología.
«Con demasiada frecuencia, los avances tecnológicos aportan beneficios desiguales en muchas partes del mundo debido a los patrones existentes de discriminación, desigualdad y prejuicios», afirmó la informática keniana Juliana Rotich, que forma parte del comité de seguridad de la IA de la fundación. «La mayoría de las herramientas que se están desarrollando en el norte del planeta utilizan datos de regiones con menos recursos que a menudo son incompletos o inexactos».
Las aplicaciones de chatbot que requieren que los usuarios introduzcan indicaciones basadas en texto pueden excluir a una gran parte de la población, como las personas que no hablan inglés y las que carecen de smartphones. Por eso algunos investigadores también planean desarrollar una función que convierta la voz de una persona (en un idioma local) en texto para hacer más accesible la IA generativa.
También tienen que lidiar con los fallos de ChatGPT y similares, que se entrenan con miles de millones de parámetros de datos públicos sin filtrar y luchan contra las imprecisiones factuales y los sesgos raciales y de género. Para abordar esta preocupación, la fundación ha creado un centro de apoyo de expertos mundiales en IA para guiar a los beneficiarios en la evaluación de los riesgos potenciales.
Durante dos semanas, un equipo de 80 revisores recibió unas 1300 propuestas de investigadores, organizaciones sin ánimo de lucro y empresas privadas de 103 países. Estas solicitudes se juzgaron en función de varios criterios, entre ellos que el trabajo se realizara en un país de renta baja y media, que se centrara en un problema social crítico y que utilizara un gran modelo lingüístico para su aplicación. El último criterio era clave porque el objetivo del programa es calibrar qué problemas prácticos plantearían los LLM a los usuarios de los países en desarrollo, como por ejemplo el grado de accesibilidad de estas herramientas, explicó Zameer Brey, subdirector interino que dirige los esfuerzos de la fundación en materia de IA.
Los beneficiarios seleccionados dispondrán de tres meses para completar sus proyectos, para los que están utilizando y afinando principalmente GPT-4 y GPT 3.5 de OpenAI, con un puñado de proyectos que utilizan LLM como LaMDA y Bert de Google y un modelo de texto a texto entrenado en 100 idiomas llamado mT5.
A través del nuevo programa, la Fundación Gates espera construir una «base empírica» de casos de uso de IA generativa, obstáculos y aprendizajes, al tiempo que determina cómo la IA puede encontrar su lugar en las comunidades de bajos ingresos, dijo Brey.
«Creo que, como fundación, reconocemos el bombo publicitario, pero queremos canalizarlo hacia la aportación de buenas pruebas para la toma de decisiones y la aplicación», afirmó.