“Había que empezar de cero una nueva filial de Mazda Motor Corporation, nuestra casa matriz, y comunicar una marca prácticamente desconocida en España. Los primeros años me dediqué a preguntar a los medios del motor y a escucharles activamente.
El siguiente reto fue lanzar al mercado una gama totalmente renovada que nos ayudó a ganar conocimiento de marca y reputación corporativa. Hoy vendemos casi ocho veces lo que entonces y la marca es reconocida por su diseño distintivo y su tecnología ultraeficiente”.
No duda en afirmar que le gusta su compañía porque fabrica coches con alma, para personas que buscan emocionarse conduciendo. Tampoco quiere dejar pasar la oportunidad de destacar los tres grandes valores de Mazda: “Un diseño diferenciador que recibe los más reconocidos galardones a nivel mundial; una funcionalidad excepcional que hace que el vehículo sea una prolongación del conductor; y finalmente, un comportamiento dinámico excelente que produce una armonía entre el hombre y la máquina para formar un solo cuerpo y ofrecer un disfrute único”.
Aunque no paran de reinventarse diariamente para ofrecer el mejor servicio a los diferentes canales de comunicación, el objetivo de Natalia García es mejorar la experiencia del periodista y de los prescriptores de la marca con Mazda: “Es decir, considerarlos clientes; para ello es clave apostar por invertir en calidad informativa y en el proceso de adaptación de la información a los distintos canales de comunicación”. Considera que la relación con medios y clientes debe ser honesta en ambos casos, buscando la personalización y la sorpresa, “que se sientan parte de la marca”.
Asume el reto que para los comunicadores supone habitar un mundo cada vez más influido por las tecnologías y las redes sociales: “El universo de la comunicación ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Somos los grandes responsables de la simbiosis adecuada entre los medios, redes sociales, embajadores, prescriptores, en definitiva, entre todo la arena de canales de comunicación para acometer nuestros objetivos empresariales. Y en ese saco de canales no hay buenos ni malos, todos son válidos si tu cliente hace uso de ellos”.