Da importancia a todos los miembros del equipo
Nadie debe ser más que nadie. En un equipo todos los miembros son imprescindibles para que el trabajo salga adelante o, al menos, debería ser así o parecerlo. Si alguien se siente infravalorado, desde luego, no trabajará a gusto.
Ten en cuenta la opinión de todos
Ten en cuenta que dar importancia a todos los miembros del equipo no solamente es no infravalorarlos, sino también tener en cuenta sus opiniones y consejos. Todo el mundo tiene algo que aportar y cuatro ojos (o más) siempre ven mejor que dos.
Soluciona los problemas cara a cara
Evita que se hable por detrás, eso solamente da lugar a malentendidos. Si algo es molesto o se produce algún episodio negativo dentro del equipo, lo mejor es solucionarlo con palabras y cara a cara con la persona o personas implicadas.
Comparte lo negativo y lo positivo
Igual que tendrás que compartir los problemas, deberás compartir las alegrías. Esto es, si el equipo consigue algo, hay que celebrarlo. De esta forma el equipo se sentirá valorado y se motivará para seguir adelante.
Marca metas, da incentivos
Una de las mejores formas de motivar a un equipo es marcar metas comunes y establecer una serie de incentivos a conseguir de alcanzarlas. No es estrictamente necesario que sean monetarios. Conoce a tu equipo y averigua qué más les motiva.
Dedica algo de tiempo fuera del trabajo
Organizar un simple desayuno en la oficina o un afterwork, esto ya depende relación que tengas con tu equipo, puede ser un buen elemento de cohesión. En un ambiente más distendido siempre surgen ideas y se conoce mejor a los empleados.