Enríquez, un profesional que llegó a lo más alto de Vocento con sólo 40 años y después de una trayectoria fulgurante en Unidad Editorial, quiere convertir a su grupo en el primero en demostrar que los lectores pagan por los contenidos digitales de los periódicos de papel si son de calidad. Sería un cambio histórico. Sus competidores están atentos.
¿Cuáles son los principales retos de Vocento ante su transformación digital? ¿Qué porcentaje de sus ingresos provienen hoy del mundo digital?
Vocento y los medios en general llevan enfrentándose a profundos cambios digitales desde finales de los 90. Por tanto, no estamos inmersos en una transformación pendiente o inconclusa, sino en un proceso de evolución continua que ya forma parte de la gestión en un entorno cambiante y con escasa visibilidad del futuro a medio plazo. En estas condiciones, nuestro foco debe seguir siendo el mismo: atención al contenido de calidad, pensar en los lectores como centro de nuestros productos e incrementar la influencia de nuestras marcas. No obstante, sí que hay un reto común para los medios vinculado al modelo de negocio digital, hoy por hoy fundamentalmente publicitario y que no acompaña en la medida deseada. En Vocento tenemos muy presente esta realidad y creemos en la necesaria evolución a modelos de pago por contenidos y en la innovación en negocios digitales alineados con nuestras cabeceras. Los ingresos digitales van ganando peso, y seguirán ganando, en la composición global, pero sin olvidar que hoy por hoy la difusión y publicidad del soporte impreso son la principal vía de negocio.
¿Qué está haciendo Vocento para evitar el imperio del ‘clic’ y de las noticias más leídas?
La digitalización transforma industrias pero nosotros creemos firmemente que no debe alterar la esencia de nuestro negocio, que en definitiva es información de calidad y la relación sostenida con nuestra audiencia. En este sentido, no medimos la salud de nuestras webs en términos de clics. Pensamos que el futuro radica en la fortaleza y salud de nuestras cabeceras y por ello nuestra misión es seguir contribuyendo con información relevante para nuestros lectores, preservando el estilo característico y reconocible de cada una de las marcas.
Hay medios que ya han empezado a generar contenidos para algunas redes sociales. ¿Cómo lo ven desde Vocento?
Las redes sociales son una potente plataforma para conectar con nuestra audiencia real y potencial. En la elección del tipo de contenido que difundimos tenemos en cuenta la naturaleza del canal, adaptamos el tono en consecuencia y buscamos las preferencias de esas audiencias para optimizar así la experiencia de usuario. Pero siempre con el objetivo de amplificar el alcance de los contenidos propios. Nuestra vocación es desarrollar la relación de cada una de nuestras cabeceras con los lectores y en este sentido, no nos planteamos generar contenidos para otras plataformas, incluida Facebook, porque estaríamos contribuyendo a trasladar esa misión a terceros, que aspiran a ser medios y que en ningún caso lo son, y a diluir progresivamente la identidad de nuestras marcas.
¿Se plantean explorar alguna fórmula ‘freemium’ para el grupo que combine contenidos de pago y contenidos gratuitos en internet?
Vocento es el único grupo editorial español que está apostando por una estrategia sostenida de pago por contenidos, bajo un modelo de suscripción ‘On+’ que ya hemos implantado en tres de nuestras cabeceras líderes regionales: El Correo, El Diario Vasco y El Diario Montañés. Actualmente es una fórmula que permite el acceso ilimitado a todos los contenidos, frente a los no suscriptores que pueden leer hasta un máximo de diez artículos mensuales, y a contenidos extra ad hoc. Creemos que es una apuesta de futuro que constituirá una importante vía de negocio.
¿Qué opina de aquellos que consideran los digitales como medios no tan independientes dada su actual situación financiera?
En un entorno digital donde proliferan los contenidos y noticias falsas, favorecidos por la viralidad de las plataformas sociales, nos estamos encontrando con que hay una necesidad de abrazar la prescripción y credibilidad de los medios tradicionales o legacy para estar bien informados. Un buen ejemplo de ello han sido las elecciones americanas, a partir de las cuales y con el ruido generado por las famosas fake news los principales periódicos digitales estadounidenses han batido récords de altas de suscriptores. En cualquier caso, los medios debemos demostrar la independencia de nuestra línea editorial y ganarnos la confianza de nuestros lectores día a día, como venimos haciendo desde hace más de un siglo en el caso de las cabeceras de Vocento.
Medios americanos como ‘The Washington Post’ o ‘The New York Times’ han aumentado sus suscripciones como medios de confianza en el periodismo de investigación. ¿Por qué no ocurre esto en España?
En España, el populismo, que es una grave amenaza sobre las libertades en general pero sobre la libre prensa en particular, no ha accedido al gobierno de la nación. Por tanto, no pasa de ser una amenaza. En EE UU el populismo ha llegado a la Casa Blanca. Desde el primer instante, no ha parado de amenazar, desconsiderar y vetar a los medios tradicionales. Los ha declarado sus enemigos. Yo interpreto el incremento de las suscripciones como una muestra de respaldo por parte de la sociedad americana. Sus ciudadanos, como si de un sistema de anticuerpos se tratase, han reconocido un elemento que pone en riesgo su sistema de libertades y actúan en consecuencia.
¿Sería usted partidario de la concentración del sector en menos operadores?
Nuestro sector está lastrado por una permanente incertidumbre en la línea de ingresos. El modelo de negocio está cambiando a toda velocidad y, hasta que no demos con un nuevo esquema sostenible, estamos obligados a gestionar los costes con máxima eficacia y rapidez. La consolidación permitiría una mayor capacidad para gestionar costes y nos proporcionaría una mayor tranquilidad a la hora de enfrentarnos a los años venideros. Siempre desde el más escrupuloso respeto por las marcas y sus señas de identidad, naturalmente. Por tanto, es imprescindible que empecemos a ver, si no operaciones corporativas, que sería recomendable, al menos acuerdos de colaboración entre los grandes grupos.