Desde entonces, la fisura se ha ampliado hasta convertirse en una inundación total, ya que historias similares surgen sobre otros capitalistas de riesgo, entre ellos el ex ejecutivo de Google, Chris Sacca, y Dave McClure, de 500 Startups. Leer sobre estos eventos me recuerda el caso de Ellen Pao vs. Kleiner Perkins en 2015. Y creo que lo más temible de todo es comprender que el acoso sexual sucede más de lo que pensamos, puesto que no siempre se hace público en la medida en que tiene cabida en ciertos sectores.
Una historia de desigualdad
La industria de la tecnología ha sido culpable de desigualdad y sesgo de género – y la tergiversación y sub-representación de las mujeres en la tecnología es un tema muchas veces discutido. Según un artículo del New York Times, los recientes acontecimientos simplemente “subrayan cómo el acoso sexual en el ecosistema de puesta en marcha de tecnología va más allá de una empresa y es penetrante y arraigado.” La pieza luego pasa a notar que mientras que las mujeres empresarias recibieron $ 1,5 Millones en financiación de riesgo en 2016, sus homólogos masculinos obtuvieron unos 58.000 millones de dólares.
Creo que las noticias sobre Dave McClure de 500 Startups son particularmente significativas. McClure admite que “puso a la gente en situaciones comprometedoras e inapropiadas”, y que “egoístamente se aprovechó de aquellas situaciones donde debería haberse ceñido a sus responsabilidades”. El punto clave aquí es que aprovechó su poder para forzar la atención no deseaba sobre las empresarias que necesitaban su ayuda. Por lo tanto, no es difícil entender por qué el paisaje de género desequilibrado en el capital de riesgo hoy se reduce a unos simples hechos:
La mayoría de los inversores son hombres
Tienen un enorme poder de financiación
Las empresarias necesitan esos fondos para transformar sus ideas en negocios, y
Hay pocos requisitos de divulgación en la industria de VC …
¿El resultado? Un montón de mujeres simplemente han callado ante los inversionistas que cruzaron la línea. Pero con tantos de ellos eligiendo hablar ahora, ¡podría finalmente haber una luz al final del túnel de la puesta en marcha!
Siempre he sido un gran fan de 500 Startups – especialmente cuando se trata de su visión auténtica y empática de lo que es iniciar un negocio de tecnología. Pero tanto como todavía aprecio la falta de miedo que 500 Startups inspira en empresarios – y su ayuda para las fundadoras, con programas como 500 mujeres – es importante dar voz y arrojar luz en historias como la suya. Así, algún día no serán más que tristes historias del pasado.