¿Cómo será eso de trabajar cuatro días y cobrar cinco?, se preguntan muchos. Los empleados de Software Delsol, la empresa jienense pionera en aplicar la semana laboral de cuatro días en España, llevan más de tres años experimentándolo. Pedro Cortés, técnico del Departamento de Marketing en la compañía, es uno de ellos. Como muchos otros compañeros, él siempre libra los viernes. Tres días de descanso por delante… aunque debe organizar su trabajo con un día menos. “Al principio cuesta un poco”, explica a Forbes. “Pero, al final, optimizas procesos, porque los objetivos son los mismos. Y se nota mucho en las reuniones. Son mucho más operativas y es casi impensable que duren más de media hora”.
Han cambiado muchas cosas. “El antes y el después es curioso. Trabajando sólo cuatro días he empezado a cocinar, a hacer ejercicio…”. Además, tiene más tiempo para hacer cualquier gestión o visitar a la familia. Todo son ventajas.
“El 1 de enero de 2020 implantamos la medida para toda la plantilla, manteniendo el salario, pero lo preparamos todo durante 2019”, explica Ana Arroyo, responsable del Departamento de Recursos Humanos de la compañía. “Ya me había reunido con cada departamento para saber cuántas personas necesitábamos ampliar”.
La inversión: 480.000 euros. “En realidad, es una reinversión. Inviertes en tu gente: van a ser más felices y, por tanto, más productivos”. Trabajan 36 horas en invierno y 28 en verano, de ocho a tres. Los departamentos que no tienen contacto directo con clientes (como RR.HH. o Marketing) libran los viernes. Y los que sí, van rotando su día de descanso. Y cuando les toca el viernes, enlazan: sábado, domingo… y otra vez lunes. Un largo puente.
Delsol, fabricante de software de gestión (orientado a pymes) sigue creciendo en facturación –más de un 20% desde 2020– y el absentismo se ha reducido. “No es una fórmula mágica, ojalá lo fuera. Cada empresa tiene sus hándicaps y tendrá que adaptarse”.
Modelo ‘100-80-100’
En julio de 2021, Good Rebels, consultora de negocio y marketing digital, puso en marcha la jornada de cuatro días. Primero, como un proyecto piloto (tres meses) y luego ya de forma permanente. “El punto de partida era una ecuación que definíamos como ‘100-80-100’: 100% de capacidad productiva; 80% del tiempo; y 100% del salario”, detalla Juan Luis Polo, Presidente y socio fundador de la empresa. “Ya trabajábamos los viernes en jornada oficial de nueve a tres. Eso hizo que pudiéramos encajar esas cinco horas entre el resto de los cuatro días laborables; y que el viernes, casi al 100%, no te veas obligado a trabajar”.
La firma ha experimentado un aumento de la productividad del 7% en el último año y medio. ¿Por qué funciona el modelo? “Una mezcla de responsabilidad, propósito compartido, formación (para ser lo más productivos posibles) y autonomía que damos al talento. Los equipos se organizan por objetivos; el cliente está contento”. Y sus 150 empleados, motivados: “Las personas son lo primero: ése es nuestro mantra”. Desde la oficina de Brighton, Taru Mäkinen, Head of Research en Good Rebels, explica algunas claves de su experiencia trabajando de lunes a jueves en el Reino Unido. “A diferencia de España, el viernes no era una jornada de trabajo más corta”. Cuando pasaron a la jornada de 4 días, hubo que optimizar el tiempo, al ‘perder’ 8 horas de la semana (y no cinco). Aquí, las reuniones fueron clave: “Ahora tenemos menos, son más cortas y con menos personas”. La recompensa –un fin de semana más largo– les motiva lo bastante como para ser muy “estrictos” con la gestión del tiempo en el trabajo y priorizar. En suma, su calidad de vida ha mejorado: “Trabajar para una empresa que se preocupa por el bienestar de sus empleados y adopta medidas laborales modernas ha aumentado mi felicidad en el trabajo y fuera de él”.
LAS EMPRESAS QUE APLICAN EL MODELO DE 4 DÍAS SUELEN MEJORAR SU PRODUCTIVIDAD, YA QUE EL EMPLEADO SE SIENTE MÁS FELIZ, RESPONSABLE Y MOTIVADO QUE ANTES
‘Flexibilidad total’
BigBuy, empresa valenciana de ECommerce B2B, también cuenta con jornada laboral de cuatro días, pero dentro de un concepto más amplio: “Nos hemos inventado algo nuevo: la flexibilidad total”, afirma Salvador Esteve, CEO y fundador de la compañía. Un modelo a la carta para cada empleado: “No es sólo la jornada reducida; luego está el modelo híbrido (teletrabajo y presencial); y la flexibilidad de entrada y salida”, continúa Esteve. En 2020, llegó la pandemia: “Somos una empresa muy digitalizada y fue fácil teletrabajar”. Y al volver a la oficina, plantearon a sus empleados –hoy 350- qué modalidad de trabajo preferían: “Vimos que lo que querían era flexibilidad”.
Así que cada empleado elige. Una semana sí, una no; si quiere. “Estamos muy bien organizados por objetivos y cada equipo complementa la jornada laboral según las necesidades de cada empleado para la conciliación”, explica. Por otro lado, la empresa, que en 2022 facturó 105 millones, ofrece la posibilidad de contratos de 40, 36 y 32 horas.
Lo que más valora Fanny Dulong, Head of Partnerships en BigBuy, es esa flexibilidad. “Y el hecho de estar muy contenta dentro de la empresa: la calidad de vida”. Y otros beneficios: como un comedor con cuatro chefs. Comida ecológica, dietas diferentes.
Trabaja cinco días a la semana. “Pero puedo hacer la jornada de cuatro según mis necesidades. Yo soy francesa, y si necesito ir a mi país, por cualquier motivo, y por los vuelos, tengo que irme un viernes, por ejemplo, aprovecho. Simplifica mucho la organización personal. Esa flexibilidad es algo que todo el mundo agradece. Poder conciliar el trabajo con la vida personal”, nos cuenta.
María Álvarez es cofundadora de la cadena de restaurantes madrileña La Francachela. Ella y su socia, Elena García-Arévalo, han sido pioneras en implementar la semana laboral de cuatro días en hostelería. Fue hace tres años, saliendo del confinamiento. Y mantuvieron los sueldos de la plantilla.
¿Cómo lo hicieron? “Cambiamos el menú y la oferta gastronómica; sustituimos platos que requerían más horas de trabajo por otros que precisaban menos, pero que de cara al cliente ofrecían el mismo valor percibido. Introdujimos más maquinaria en la cocina y también una aplicación para pedir desde las mesas”.
EL TAMAÑO DE LA EMPRESA Y EL SECTOR ECONÓMICO RESULTAN DECISIVOS. NO ES LO MISMO UNA MULTINACIONAL QUE UN COMERCIO FAMILIAR NI UNA CADENA DE MONTAJE FRENTE A UN CONTEXTO LABORAL ADMINISTRATIVO
Hoy tienen alrededor de 50 personas en plantilla. “Abrimos de diez de la mañana a doce de la noche, de lunes a domingo”. No todos trabajan de lunes a jueves. Hacen turnos diferentes.
¿Las horas semanales? “Los trabajadores a jornada completa, con contrato de 40 horas, hacen 35; y los que están a jornada parcial, la parte proporcional de esto”, explica Álvarez. “Para nosotras la jornada de 4 días es una política de innovación que tiene que ver con modernizar las empresas y buscar la manera de ser más productivos para poder reducir las horas de trabajo. La empresa ha dado beneficio cada año, de 2020 a 2022. Creo que es un buen indicador de que en los peores años de la hostelería el modelo ha funcionado”.
¿Se extenderá en España?
Saltemos ahora a una panorámica general a través de la mirada de los expertos. “Esto va a depender de sectores, organizaciones, tanto empresas como administración, y, sobre todo, del grado de digitalización”, asegura Javier Blasco, director de Adecco Group Institute. “En España se ha avanzado mucho en la reducción del tiempo de trabajo, que en la negociación colectiva se ha ido reduciendo año a año”, destaca. La encuesta trimestral de coste laboral pone cifras a esto. Desde 1987 a 2019 se ha logrado reducir la jornada de 37 a 31,8 horas semanas de promedio, recuerda. Y añade: “Si se plantea la jornada de cuatro días, hay que ver cómo se soporta desde el punto de vista económico, y creo que su único basamento es cómo la digitalización te permite mantener o incrementar la productividad sin poner tanto peso sobre el recurso humano”.
Cree que lo que España necesitaría es más presencia del teletrabajo. “Si ahora se quiere fomentar la revisión del tiempo de trabajo para favorecer la flexibilidad –en tiempo (incluso reducción) y en lugar de trabajo (teletrabajo)– una fórmula atractiva puede ser reducir las cargas sociales para el empleo que soportan las empresas, las mayores de la UE”, afirma.
Para Christopher Dottie, Director General Regional de Hays en el Sur de Europa, “lo más importante es que las empresas adopten un modelo de liderazgo donde se mida el rendimiento por logros conseguidos, objetivos más sofisticados. Es un cambio positivo a investigar: una forma excelente de motivar. Y no debería ser algo prescriptivo, sino una sugerencia; y que los empleados elijan. Si unas empresas ofrecen esta posibilidad, otras se adaptarán para atraer talento”.
“Hay ciertos sectores donde es un tema complejo. Y otra variable relevante es el tamaño de la empresa”, afirma Valentín Bote, director de Randstad Research. El 99% de las empresas con asalariados en España tienen menos de 250 empleados; y de éstas, “el 73% son micropymes, con un máximo de 5 asalariados”, asegura.
“En empresas muy pequeñas es complicado aplicarlo, como en un comercio familiar. En tiendas grandes, se pueden turnos…”, reflexiona. Según sectores, lo ve más factible “en contextos administrativos, en empresas de servicios, donde puedes organizarte de manera más eficiente, tener reuniones más cortas…”. En otros, más complejo: “En una cadena industrial, una fábrica de automoción… Podrían hacerse turnos, aunque hay muchas aristas organizativas. No son barreras infranqueables, pero para las empresas son una complicación”, asegura este experto.
En el día a día, Nekane Cendoya, directora de Trabajos.com, está en contacto con numerosas empresas y “muchas de ellas buscan perfiles de producción, industriales…”, explica. ¿Cómo perciben la medida? “Depende del sector. En una planta de producción, está todo cronometrado. Lo primero que les viene a la cabeza es: ‘Tengo que incurrir en costes, incorporar más personas’. Por eso, diría que, por el momento, existe cierta reticencia, en según qué sectores, y no se ve algo tan fácil de implementar. Hay que ver cómo encajas todas estas realidades en la medida: todavía es muy nueva”, expone Cendoya.
“En sectores más digitales, TIC, podría adoptarse, quizá, de una manera más sencilla”, continúa. Cendoya entiende que con la jornada de cuatro días lo que se quiere fomentar principalmente es la conciliación: “Algo que, en este sentido, las empresas están dispuestas a hacerlo, con medidas como el teletrabajo o con horarios más flexibles”, afirma. “Todo tiene un recorrido. Esto es algo relativamente nuevo. Sectores punteros lo irán probando, ofreciendo experiencias. Y, poco a poco, se irá extendiendo como un ‘efecto mancha de aceite’. Pero el tamaño de la empresa o el sector harán más fácil o difícil probarlo”, concluye Valentín Bote. Eso sí, los empleados con jornada de cuatro días ya no imaginan qué era eso de trabajar cinco. Cortés, de Delsol, cree que “la pandemia ha ayudado a que las personas se planteen sus condiciones laborales: lo que trasciende el dinero”. Se habla de equilibrio ‘trabajo-vida’, pero Mäkinen, de Good Rebels, destaca que, al final, “es parte de la misma vida y necesitamos ser felices en ambas”.
UNA CORRIENTE ‘IMPARABLE’
“Se han hecho pruebas en Reino Unido, Japón, EEUU, Portugal o Bélgica. Y cada cual ha elegido un modelo diferente. Los resultados son todos, aparentemente, favorables, afirma Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de los Estudios de Economía
y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Por ejemplo, sobre el modelo belga, Javier Blasco, director de Adecco Group Institute, señala: “No es soste- nible: consiste en concentrar el trabajo de cinco días en cuatro. Implica incrementar la productividad física y cogniti- va un 20%. No es una jornada de 4 días propiamente dicha”.
“La propuesta es: 100% de productividad, 80% del tiempo, 100% del salario. Todo los demás son atajos que no va a ir en el sentido de la medida”, apunta Fernández Jaria, también coach de directivos. “Yo creo que va a ser imparable y va a flexibilizar el mundo del trabajo. Es una buena opción de cara al futuro. Pero, antes, las empresas deben hacer un trabajo previo en cuestiones como clima laboral o bienestar de los trabajadores… Esto afecta a la producción de la empresa”, asegura. Y recomienda anticiparse. Si una compañía quiere empezar a aplicar el modelo “cuando esté implementado en media Europa, a lo mejor ha llegado tarde para encontrar talento”, concluye Fernández Jaria.
El debate sobre la semana laboral de 4 días también ha tomado impulso en España. Y el pasado abril, el BOE publicaba la convocatoria para las ayudas del Ministerio de Industria (9,6 millones de euros) destinadas a pymes industriales que se adhieran al proyecto piloto. “Creo que deberíamos ser innovadores, haciendo pruebas piloto bien controladas y midiendo el éxito. El hecho de que España esté experimentando cosas nuevas para adaptarse al nuevo mundo laboral, es un punto muy positivo”, asegura afirma Christopher Dottie, Director General Regional de Hays en el Sur de Europa. “Experimentar y luego tomar decisiones más permanentes en base a las evidencias y los aprendizajes”. Christopher Dottie es también vicepresidente de la Cámara de Comercio del Reino Unido. “Allí se está experimentando un poco más. En otros países del sur de Europa, menos”.
“De momento, en el Reino Unido, hay bastante interés en seguir avanzando poco a poco con estas pruebas porque los resultados que se han hecho son positivos”. Un estudio piloto, en 2022, puso en práctica la jornada de 4 días, con la participación de más de 60 empresas.
¿El siguiente paso? “Hacer más experimentos, ver si aprendemos un poco más y seguir avanzando”. Y, después, dar flexibilidad a las compañías que quieran implementarlo y que puedan decidir cómo hacerlo.