Empresas

Haciendo las cosas bien

Eduardo Gómez Martín, presidente de ESIC, analiza la evolución de esta institución de educación superior y la volatilidad del escenario laboral.
Eduardo Gómez Martín retratado el 19 de abril en el centro ESIC de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Foto: Jaime Partearroyo.

“Especialización, empresa y experiencia”. Son las tres claves del éxito. Así lo considera Eduardo Gómez Martín, presidente de ESIC. Lo que era una escuela de negocios fundada por sacerdotes se ha convertido en un referente en educación superior y universitaria. Repasamos con su portavoz las claves de este proceso y las tendencias en un entorno laboral cada vez más volátil que pide a gritos profesionales más humanos. Parece un cliché, pero el reto es serio: “convertir el mundo en un lugar mejor”.

¿Cómo analiza la evolución de ESIC en los últimos años?

Hemos sido capaces de transformar una escuela de negocios en una institución educativa de ámbito superior que cuenta con una universidad y una reciente escuela de formación profesional además de la escuela de negocios ESIC Business&Marketing School.

¿Cuáles han sido los principales hitos en este proceso?

En primer lugar, el reconocimiento de la Comunidad de Madrid de ESIC como universidad privada. Ha marcado un antes y un después no sólo en la reputación de la marca sino en la conciencia interna de quiénes somos y para qué estamos. En segundo lugar, la fuerte inversión que hemos hecho para crear en Pozuelo de Alarcón otro campus para la escuela de negocios. Y, por último, la apertura de la escuela de formación profesional de grado superior en Madrid y Barcelona y pronto en Valencia, Sevilla y Medellín (Colombia). Un paso sustancial también ha sido pasar de 55 millones de facturación a más de 90.

¿Qué les diferencia del resto?

Lo suelo explicar con la regla de las tres “es”. Especialización; sobre todo en marketing y en economía digital; empresa, tanto por la cercanía a las compañías para configurar los programas como para alcanzar una empleabilidad del alumnado del 93%. También, experiencia, porque intentamos que nuestros estudiantes vivan un proceso que les marque.

“A MÁS TECNOLOGÍA, MÁS HUMANIDAD Y ES LO QUE NOS VA A DIFERENCIAR”

¿Cómo es la relación entre sus centros y las empresas?

Nos reunimos y trabajamos con representantes de las compañías para que nos digan cuál es el perfil que necesitan. A partir de ahí construimos el programa. También traemos a las aulas profesionales, no sólo para que compartan sus conocimientos, sino su experiencia. Establecemos, a su vez, relaciones institucionales para que nuestros alumnos puedan ser empleados lo antes posible. El área de Corporate Education, nuestro Instituto de Innovación y la Unidad de Desarollo Proefesiona (UDP) son claves en esta labor.

¿Qué perfiles demanda el actual mercado laboral?

En un entorno de crisis económica, de mucha volatilidad y rotación, se buscan profesionales muy especializados, pero también que tengan una base común, capacidad de resiliencia y de seguir aprendiendo. En este sentido,
se vuelven a reivindicar perfiles comerciales. El marketing está cambiando constantemente y, a día de hoy, cada vez cuesta más llegar al cliente.

¿Cuál es el papel de ESIC en este escenario?

Se puede ganar dinero, pero haciendo las cosas bien. Deberíamos de ser capaces de trabajar por el ADN de la institución. En un contexto de mercado de compras, de ventas y fusiones es muy importante incluir el componente humanístico. A más tecnología, más humanidad y es lo que nos va a diferenciar. En resumen: formar buenos profesionales y profesionales buenos.

Artículos relacionados