Empresas

La ejemplaridad del CEO

Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores. Tus valores se convierten en tu destino”. Decía Mahatma Gandhi.

La ejemplaridad en el sentido que Javier Gomá la ha popularizado resulta hoy más que nunca un imperativo del liderazgo. El ejemplo hace al líder. “Si quieres mejorar tu organización tienes que mejorar tú mismo y la organización mejora contigo”. Esta es una gran lección para Indra Nooyi, ceo de PepsiCo. La confianza se genera en el día a día del primer ejecutivo. Una encuesta reciente sobre liderazgo de Weber Shandwick reconoce que el 81% de los ejecutivos entrevistados admite que el compromiso y la visibilidad externa del ceo es un punto crítico para la reputación de las compañías. En los últimos años he podido conversar en mi trabajo como head hunter con cientos de presidentes y ceos de grandes compañías y uno de los temas más frecuentes ha sido el referido a sus valores. Valores como la integridad, la humildad o la generosidad.

Sir Richard Branson, ceo de Virgin Group, afirma que la clave del mundo de los negocios no es vestir un buen traje o complacer a los accionistas, sino ser sincero con uno mismo, nuestras ideas y focalizarnos en los temas esenciales. Todos nos equivocamos, no hay nadie infalible, pero si un líder quiere crecer debe aceptar que comete errores… y aprender de ellos. Justin McLeod, fundador y ceo de Hinge, cuando contrata a una persona busca dos cosas: ambición y humildad.

[vc_posts_slider count=1 interval=3 slides_content=teaser slides_title=1 thumb_size=”large” posttypes=post posts_in=8255]

De la misma forma que el líder se compromete es necesario su espíritu de servicio. Podríamos definirlo como su vocación de servicio hacia el bien de los demás, tanto hacia el global de la empresa como del individual.

El nivel de transparencia e integridad de algunas organizaciones en los últimos años ha sido manifiestamente mejorable, y por ello, los primeros que han de dar muestras de transparencia e integridad son sus líderes. Warren Buffett, uno de los más grandes inversores del mundo, dice: “para contratar, buscad tres cualidades: integridad, inteligencia y energía. Si los candidatos no tienen la primera, las otras dos te matarán”.

El sacrificio también ha sido una virtud que ha ido apagándose durante estos últimos años. Esta capacidad de superación representa un activo importante para afrontar los retos futuros con las mejores garantías. Cuando alguien del equipo ha hecho un buen trabajo debemos asegurarnos que lo sepa. No hay cosa más estimulante que un reconocimiento sincero por una labor bien hecha. “El cerebro, como el corazón, va donde es apreciado” señalaba Robert McNamara, antiguo presidente de Ford.

El líder será éticamente virtuoso o no será un verdadero líder. Aquí me gusta la reflexión de Bill Derrenger, vicepresidente regional europeo de Clear Channel, cuando me reconoce que el líder debe priorizar tres valores: integridad, reciprocidad y amor: ”El amor es actuar para que los demás sean felices. Trabajo para que mis accionistas, mi jefe, y mis colaboradores sean felices. No es un estilo de liderazgo blando. Hay que tomar decisiones difíciles, pero lo hago por el bien de mis accionistas y los que dependen de mí”.

“Más que un modelo, creo en los valores del liderazgo”. La distinción la apunta Oscar Martín, ceo de Ecoembes, en su despacho: “esto es algo que aprendí cuando comencé a practicar rugby, un deporte basado en el trabajo en equipo, el esfuerzo y la motivación”.

Porque el ceo no solo tiene la responsabilidad indelegable de conservar los valores corporativos sino de fomentarlos en toda la organización. En mi experiencia como head hunter considero que es tan importante, a la hora de buscar el mejor talento, no sólo tener en cuenta su experiencia y competencias técnicas, sino también ir más allá en las cualidades personales: la responsabilidad, la transparencia, el respeto y en definitiva, los valores. “Lleva veinte años forjar una reputación y cinco minutos arruinarla. Si piensas así harás las cosas de forma diferente” nos regala Warren Buffett.

Una organización es tan excelente como el empeño que pone en que toda su cadena de valor aspire a la misma excelencia, empezando por su primer ejecutivo. Porque en definitiva el ceo no solo debe ser excelente en la gestión sino ‘buena gente’.