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Lecciones empresariales en un puesto de limonada

Aunque parece algo infantil, realmente puede enseñarte algunas lecciones de vida importantes y atemporales sobre el arte de vender.

Lección 1: Tienes que ser intrépido

Cuando instalas el puesto de limonada, estás nervioso de que nadie aparezca. En esos momentos de la vida no existen las verguenzas, te plantas allí de una manera que sólo un niño puede, gritando “¡Limonada! ¡Galletas! Venga y consígalos”.

Entonces la gente comenzó a salir de sus hogares para ver la fuente de la conmoción. En cuestión de minutos, tienes una línea de clientes haciendo cola. El tipo que se sienta tranquilamente detrás de la mesa, esperando pacientemente a que los clientes lleguen no es la idea más acertada para dar publicidad a tu negocio.

No importa si estás vendiendo limonada o software; tienes que ser apasionado y no tener miedo al éxito. Demasiado a menudo, los empresarios tienen una visión académica de las ventas de productos. Es fácil caer en la trampa de la mentalidad de “ya vendrá”.

Sin embargo, la única manera de vender es golpear el pavimento, golpear las puertas, y ponerse allí fuera de una manera muy cruda y vulnerable.

Lección 2: Siempre ser cross-selling

Cuando decides poner un puesto de limonada, se da por hecho que sólo venderás limonada. Si comprendes que alguien quiere limonada lo suficiente para llegar a tu puesto, hay una buena probabilidad de que también quieran uno de los otros elementos que tengas disponible.

No te contentes con una sola venta. En su lugar, extrae el máximo valor de cada persona que hace la caminata hasta tu puesto.

Cada empresario debe tomar esta lección a corazón. Atraer a los clientes es difícil y costoso. Una vez que tengas su atención, es inteligente cruzar la venta tanto como sea posible para maximizar los beneficios.

Lección 3: Entender lo que tu cliente está realmente comprando

El truco, por supuesto, es identificar los productos o servicios que son complementarios a tu oferta principal.

¿Por qué alguien se detiene en el puesto de limonada de un niño? A menudo es porque toda la situación es muy adorable.Cuando ves a un niño haciendo el esfuerzo con una seriedad juvenil, es casi imposible ignorarlo.

Es increíble cómo de primordial puede ser el arte de la venta. No importa si eres un niño vendiendo limonada o una tecnología de venta profesional experimentada. Los principios básicos son los mismos.

Como empresarios, es muy fácil caer bajo el dominio de un experto en ventas autoproclamado o algún otro tipo de gurú empresarial.

Sin embargo, a veces las lecciones más valiosas a menudo se aprenden en los lugares más inesperados.