Cada año, los 30.000 empleados de The Adecco Group repartidos por todo el mundo logran que millones de personas cosechen grandes éxitos en el mundo laboral y ayudan a más de 100.000 organizaciones en sus necesidades de capital humano.
Mejorar y actualizar la formación de más de medio millón de personas al año para impulsar la empleabilidad y acelerar las carreras profesionales está entre los objetivos de la compañía, liderada por Iker Barricat.
El ejecutivo suma más de veinte años a sus espaldas en The Adecco Group, los últimos cinco como director general en España en los que ha tenido que lidiar con el parón laboral por la pandemia y los cambios que ha traído en el mercado del empleo. Barricat repasa el presente y futuro del mercado laboral en España.
PREGUNTA. ¿Cómo diría que han evolucionado las empresas en cuanto a formas de liderazgo?
RESPUESTA. Ante las situaciones acontecidas estos últimos años, todas las empresas y líderes han tenido que realizar, en mayor o menor medida, reajustes en su modelo de management.
La realidad es que los modelos de liderazgo tradicionales se han quedado obsoletos. Atrás ha quedado el estilo de dirección autocrático, donde todo el poder recae en el líder y el flujo de comunicación es unidireccional.
La incertidumbre en la que estamos inmersos y los continuos cambios a los que nos tenemos que enfrentar exigen ejercer un modelo de liderazgo ágil, con gran capacidad de adaptación a las circunstancias de mercado. Para ello es fundamental involucrar a todas las personas que forman parte de la organización, a través de una comunicación constante, bidireccional, que asegure la comprensión y el alineamiento con las estrategias definidas.
Por otro lado, el entorno actual ha evidenciado que solo pueden tener futuro las organizaciones que den respuesta a las necesidades de su entorno y se preocupen por los retos globales que tenemos como sociedad. En este sentido, es imprescindible un nuevo modelo de liderazgo más social e inclusivo.
El ejecutivo suma más de 20 años a sus espaldas en The Adecco Group, los últimos cinco como director general en España en los que ha tenido que lidiar con el parón laboral por la pandemia y los cambios que ésta ha traído en el mercado del empleo. Desde este mes de marzo Barricat es el nuevo Presidente de The Adecco Group en España y repasa los retos del mercado laboral y del liderazgo de los directivos y directivas de nuestro país
P. Recientemente ha dicho que la mayor ventaja competitiva a la hora de encontrar trabajo es la capacidad de aprendizaje permanente. ¿Cuál es a la hora de liderar un equipo?
R. Es difícil resaltar una sola cualidad en el ejercicio del liderazgo. Sí tuviera que destacar algunas para mí serían la dirección con el ejemplo, la humildad, la empatía, la capacidad de comunicación y de aprendizaje permanente. En definitiva, todas aquellas relacionadas con la gestión y el desarrollo de personas.
La principal ventaja competitiva de las organizaciones reside en el talento de las personas que las componen. Para liderar esas organizaciones es imprescindible ser excelente en la gestión de ese talento.
Para ello es clave la capacidad de escucha, porque solo desde el conocimiento y la cercanía se puede responder a las necesidades de ese talento. En The Adecco Group pensamos que la diferencia siempre la marcan las personas. Ser líderes significa trabajar cada día en construir una empresa en la que estén los mejores profesionales, el mejor talento y en la que verdaderamente ese talento quiera estar con nosotros. El liderazgo solo se alcanza a través de las personas.
P. ¿Qué otros ingredientes se necesitan actualmente para ser un buen líder?
R. Vivimos en mundo donde lo único constante es el cambio. Ante tal escenario necesitamos líderes resilientes, que sean capaces de lidiar con la ambigüedad, afrontar la adversidad y generar en ella oportunidades. El éxito de los líderes de hoy en día depende de su capacidad de ser ágiles, de actualizarse y reciclarse a sí mismos y a sus equipos.
Hoy en día, buscamos guías que nos inspiren, honestos, cercanos, innovadores y con una visión futura para adaptarse a los cambios. El buen líder actual es capaz de resolver conflictos en situaciones complicadas, es flexible, cree en el poder del feedback bidireccional, fomenta una cultura corporativa basada en la cohesión de equipos, creando entornos donde las personas se sienten seguras, aceptadas y respetadas, pudiendo ser ellas mismas y dar su mejor versión.
P. La figura del CEO siempre debe ser un ejemplo para el resto de los empleados. ¿Cuáles son los requisitos para ocupar un puesto así?
R. Una de las premisas de la que toda organización debe partir es precisamente “liderar desde el ejemplo”. Para ello, es crucial seguir una serie de principios básicos que permitan instaurar una cultura organizativa positiva a través de la escucha activa, involucrando a los equipos como agentes activos del cambio, fomentando un ambiente de trabajo colaborativo donde las prioridades están claras y prime el respeto y la comunicación abierta y por último propiciando un clima que favorezca el intercambio de ideas para mejorar la innovación.
Otro requisito fundamental es la capacidad de empatizar y saber leer a las personas en cada momento para entender la esencia de los problemas, saber lo que necesitan y encontrar soluciones.
La habilidad de un líder es saberse rodear de un equipo increíble en el que poder confiar plenamente, apoyarse y delegar.
P. Gracias a vuestra campaña ‘CEO por un mes’, algunos jóvenes estudiantes han tenido la oportunidad de adquirir las competencias necesarias para convertirse en mejores candidatos en su futuro profesional, con el desarrollo de habilidades clave como el liderazgo. ¿Qué otras habilidades son necesarias para destacar?
R. Se ha producido una auténtica “revolución” en cuanto a las habilidades o competencias soft, que cobran protagonismo hasta el extremo de que son tan importantes como los conocimientos técnicos o competencias hard (duras). La resiliencia, adaptación al cambio, orientación al cliente, habilidades comunicativas y relacionales, capacidad de aprendizaje, entre otras, son ejemplos de habilidades muy destacadas. También la creatividad, la inteligencia emocional, la iniciativa, la curiosidad son habilidades muy valoradas, especialmente en los jóvenes.
Antes valorábamos los conocimientos técnicos y la experiencia de los candidatos, pero en la actualidad las compañías tratan de buscar el potencial de las personas en base a sus actitudes frente al trabajo. Ahora las empresas se fijan mucho en la capacidad de las personas para reinventarse, para avanzar, para ser optimistas y positivos y mantener esas aptitudes en entornos complejos y sumamente cambiantes.
En cualquier caso, mi recomendación sería siempre trabajar en resaltar nuestras fortalezas más que en compensar nuestras debilidades.
P. Según una encuesta realizada por el Grupo Adecco a jóvenes universitarios, 6 de cada 10 consideran que la universidad no les prepara lo suficiente para enfrentarse con éxito al mundo laboral. ¿En qué estamos fallando?
R. Desde las empresas debemos hacer todo lo posible por acercarnos a los jóvenes, naturalizar nuestra relación con ellos y hacer su tránsito a la vida profesional más sencillo. Universidad y empresa deben esforzarse por ampliar los modelos de colaboración donde la formación teórica y práctica se unan y preparen mejor al talento joven para el mundo laboral.
La Universidad debería ajustarse a las necesidades reales de las empresas. Hay que revisar el modelo de formación que hoy tenemos, huyendo de titulaciones y certificaciones que no están alineadas con las necesidades de las empresas y desarrollando formaciones ágiles y dinámicas que sean completadas con la experiencia en el puesto de trabajo.
Creemos que hay que apostar por los modelos de Formación Profesional, que son más flexibles, que nos permitan capacitar a estos jóvenes de una manera más rápida, es la solución para mejorar su empleabilidad.
P. De ahí que la FP haya desbancado a la universidad como la formación más requerida en las ofertas de empleo, ¿no?
R. Efectivamente. Por segundo año consecutivo, las cifras de empleabilidad de esta formación señalan que es la vía más demandada por las empresas en sus vacantes, por encima de los títulos universitarios, tal y como se recoge en el Informe Infoempleo Adecco: Oferta y demanda de empleo en España. El 36,8% de las ofertas de empleo que se publican en España requiere contar con un título de FP. Hay posiciones muy demandadas que requieren estudios de FP y que el mercado no produce. No somos capaces de proveer a las empresas de los perfiles que necesitan.
En los últimos años, muchas han sido las voces expertas, Administraciones públicas y empresas que han venido destacando la necesidad de incorporar más mano de obra procedente de la FP al mercado laboral, destacando su alta empleabilidad y el déficit de talento que procede de este tipo de educación y que es clave en el tejido empresarial de nuestro país. Es necesario formar a más profesionales en estas titulaciones, especialmente para el crecimiento sostenido de la industria española.
Un tipo de formación con una alta empleabilidad pero que sigue con cifras de alumnos por debajo de los países de nuestro entorno: España sigue por debajo de la media de los países de la OCDE en número de matriculados en FP (solo el 20%), y además tiene una de las peores tasas de escolarización en FP de grado medio: el 12% frente al 26% de media de los países que integran la organización.
P. ¿Es la empresa la que elige al empleado? ¿O son cada vez más los trabajadores que deciden dónde y para quién trabajar?
R. Es bidireccional, en un mercado donde el talento escasea, las empresas tienen la obligación de desarrollar una propuesta de valor integral para sus empleados que no solo sea competitiva desde el punto de vista económico, sino que además tenga en consideración otras variables que cada día son más importantes como son las oportunidades de reciclaje profesional, la promoción, la flexibilidad horaria, el teletrabajo, los cuidados de salud, las instalaciones o el estilo de dirección.
P. A la hora de atraer talento, ¿qué características debe lucir una empresa?
R. Es difícil responder a esa pregunta, ya que en el mercado actual conviven diferentes generaciones con diferentes necesidades y expectativas. Sin embargo, existen unas algunas demandas comunes como son los planes de formación y recualificación, los planes de promoción y desarrollo de la carrera profesional, una política retributiva competitiva y que incorpore herramientas de flexibilidad.
Y sobre todo el talento busca unirse a organizaciones con un estilo de liderazgo y dirección inclusivo y que tenga como eje las personas, con un propósito con el que se sientan identificadas y una marca empleadora fuerte.
Ahora bien, eso es importante a la hora de atraer el talento, pero tan importante como la atracción es la retención del talento y ahí juega un papel clave la cultura corporativa. Dado que en el largo plazo todos competiremos con unas condiciones similares, el propósito no será un valor diferencial. Este será parecido en todas las compañías que formen parte de un mismo sector y lo que diferenciará verdaderamente a unas de otras será la cultura corporativa.
P. La transformación digital también ha transformado los perfiles y equipos dentro de las compañías. ¿Se valora ahora más, o es más importante, una buena gestión de los RRHH? ¿En qué no se puede fallar en este caso?
R. El proceso de transformación digital en el que estamos inmersos ha dado paso a un mercado mucho más volátil e incierto en el que los RRHH son una pieza clave dentro de las organizaciones. La gestión de los RRHH es vital para el desarrollo y transformación de las compañías, siendo el principal eje de transmisión de sus valores.
Es imprescindible contar con perfiles estratégicos con visión de negocio, y otros expertos en nuevas tecnologías, People Analytics que cada vez son más necesarios al ayudar en la toma de decisiones estratégicas a partir del análisis de datos.
Unido a esto debemos instaurar dentro de la organización un modelo de liderazgo transformacional. Un estilo de liderazgo que estimule a los equipos a transformar la organización, creando un ambiente psicológicamente seguro donde las personas puedan dar lo mejor de sí mismos, mostrando toda su creatividad y capacidad de innovación, incrementando de esta forma productividad y compromiso a partes iguales.