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Empresas

Los siete mayores retos a los que se enfrentan todas las empresas en 2023

El cambio climático es el mayor reto empresarial del mundo.

Como futurólogo especializado en la intersección de los negocios y la tecnología, mi trabajo consiste en mirar hacia el futuro y asesorar a las empresas sobre cómo pueden prepararse para un mundo que cambia rápidamente.

Estos son los siete mayores retos para los que toda empresa debería estar preparada en 2023:

1. Inflación y recesión económica

En los titulares ya se habla de una inflación desorbitada, y es probable que esa tendencia continúe en 2023. Muchas economías se estancarán o se contraerán, y las empresas deben prepararse para esa realidad.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, informó de que la organización había rebajado su previsión de crecimiento mundial del 2,9% para 2023. El FMI citó los crecientes riesgos de inestabilidad financiera y recesión.

Las empresas pueden hacer frente a la inflación estableciendo una visibilidad procesable de extremo a extremo del gasto por proceso de negocio, función, categoría de coste y unidad de negocio, así como reduciendo el gasto.

2. Seguridad de la cadena de suministro

La seguridad de la cadena de suministro es otra cuestión clave. Los retos comenzaron con los retrasos relacionados con el Covid-19 y han empeorado con la invasión de Ucrania por Rusia y la escasez de mano de obra debida a la Great Resignation –dimisión laboral generalizada que comenzó en Estados Unidos en julio de 2020, tras la pandemia, cuando millones de estadounidenses insatisfechos con su trabajo o su salario renunciaron a él, tendencia laboral que comenzó a replicarse en el resto del mundo–. Esto ha dificultado la obtención de piezas y productos, además de hacer subir los precios (por ejemplo, de la energía, los cereales, los chips informáticos, el petróleo, etc.).

Según un informe de Accenture, los problemas en la cadena de suministro podrían suponer una pérdida acumulada de 920.000 millones de euros en el producto interior bruto (PIB) de toda la zona euro de aquí a 2023.

Las empresas deben resistirse al impulso de hacer pedidos excesivos para compensar los retrasos, lo que podría empeorar la situación. En lugar de ello, deben centrarse en la recuperación a largo plazo y reestructurar sus necesidades para evitar una escasez similar en el futuro.

3. Aumento de las expectativas de los clientes

Los clientes exigen experiencias más inmersivas tanto en el mundo real como en el metaverso.

Los consumidores que entran en las tiendas físicas no sólo buscan comprar productos: quieren experiencias memorables. Si su empresa tiene locales físicos, considere la posibilidad de añadir experiencias más inmersivas.

Los minoristas online deberían plantearse añadir experiencias de realidad extendida (RX), como probadores virtuales que permitan a los clientes «probarse» ropa, accesorios y maquillaje sin salir de casa.

Independientemente de cómo te relaciones con los consumidores (online, offline o una mezcla de ambas), pregúntate: «¿Cómo podemos añadir aún más valor para nuestros clientes convirtiendo esta interacción en una experiencia?»

4. Transformación digital acelerada

La inteligencia artificial (IA) ya está empezando a aumentar todos nuestros negocios, y esa tendencia seguirá acelerándose el próximo año. Al mismo tiempo, otras tecnologías como el 5G, el blockchain, la nube y el Internet de las cosas (IoT) están construyendo y acelerando la IA, y todas ellas se potencian entre sí.

Esto está creando rápidamente un mundo de avances tecnológicos cada vez más rápidos. Como respuesta, todas las empresas deben pensar en sí mismas como empresas tecnológicas. Las compañías deben rediseñar sus procesos y asegurarse de que su personal cuenta con las competencias necesarias para un mundo en el que cada vez colaboramos más con máquinas capaces e inteligentes y trabajamos junto a ellas.

5. La guerra por el talento se intensificará

Hablando de trabajadores, las empresas de 2023 deben estar preparadas para hacer frente a una continua crisis de talento. Llevamos años oyendo hablar de la «guerra por el talento», pero ahora parece que la guerra se está intensificando.

Las empresas de todos los sectores se enfrentan a enormes carencias de competencias vitales para el futuro y tendrán que reciclar o mejorar las competencias de gran parte de su mano de obra para prepararse para la cuarta revolución industrial. Las empresas pueden y deben asumir la responsabilidad de formar el talento tomando medidas como contratar a personas recién salidas de la escuela, emplear software de bajo código o sin código para necesidades críticas e inculcar culturas de aprendizaje continuo.

Además, la pandemia ha hecho que mucha gente se replantee su trabajo, lo que ha provocado dimisiones masivas en muchos sectores.

Para atraer a los mejores talentos, los empresarios deben ofrecer un entorno de trabajo adecuado al nuevo mundo laboral, que incluya flexibilidad laboral, auténtico liderazgo, diversidad, etc.

6. Seguridad de datos y dispositivos

Los ciberataques van en aumento, y el ransomware y las estafas de phishing son ya habituales. A medida que las empresas se vuelven más digitales, acumulan más datos, que se vuelven muy atractivos para los ciberdelincuentes que pretenden robarlos y mantener a las organizaciones como rehenes con demandas monetarias.

Los dispositivos móviles e IoT no son inmunes a las amenazas de ciberseguridad. Además, ahora está surgiendo la computación cuántica, que podría dejar obsoletos los sistemas de seguridad existentes.

Las empresas pueden dar pasos para protegerse tomando medidas proactivas como evaluar sus procesos de copia de seguridad y recuperación de datos, realizar pruebas de penetración y escaneo de vulnerabilidades, y tomar medidas proactivas para proteger los datos confidenciales y prevenir los ciberataques.

7. Sostenibilidad

El cambio climático es el mayor reto empresarial del mundo, y los consumidores exigen transparencia en las prácticas de sostenibilidad, así como productos y servicios más respetuosos con el medio ambiente.

Las empresas pueden responder contemplando el conjunto de sus prácticas empresariales y auditando todas sus cadenas de suministro. También deben considerar la posibilidad de cambiar a energías renovables, utilizar envases más sostenibles y permitir que sus empleados trabajen a distancia cuando sea necesario (lo que puede contribuir a reducir las emisiones).

Ser más sostenible de forma demostrable no sólo puede satisfacer las necesidades de los consumidores, sino que también te ayuda a detectar eficiencias y ahorros que pueden tener un efecto positivo en su cuenta de resultados.

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