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Twitter no envía los acuerdos de despido y los extrabajadores exigen respuestas

Los antiguos empleados de la red social que el multimillonario Elon Musk adquirió en octubre del pasado año aseguran que no saben cuándo recibirán el pago final.

Cuando Twitter despidió a aproximadamente la mitad de su plantilla de 7.500 personas a principios de noviembre de 2022, el CEO entrante Elon Musk afirmó que «a todos los despedidos se les ofreció tres meses de indemnización, que es un 50% más de lo legalmente requerido«.

Aunque a los empleados despedidos se les pagaron en realidad dos meses de salario hasta el 4 de enero (la fecha formal de su despido), no han tenido ninguna indicación de cuándo o si recibirán un paquete de indemnización posterior al despido.

«No he recibido ninguna comunicación», declaró el jueves a FORBES Helen-Sage Lee, antigua empleada de Twitter. «Ninguna comunicación de la sede central de Twitter sobre indemnizaciones, acuerdos de separación o próximos pasos».

Otra exempleada dijo a FORBES que ella tampoco había recibido «ninguna indemnización ni información», en referencia a la prestación federal que permite a los exempleados mantener su seguro médico.

Aunque Musk había prometido que recibirían un mes más de salario como indemnización, estos trabajadores dicen que en realidad se les debe mucho más teniendo en cuenta lo que Twitter, como empresa, ya había acordado pagar antes de la adquisición por parte del fundador de Tesla. Ese paquete de indemnización también iba a incluir bonificaciones, adquisición de acciones y otros beneficios que podrían sumar decenas o incluso cientos de miles de dólares por empleado.

Ni el abogado de Twitter, Eric Meckley, ni el propio Musk respondieron a la solicitud de comentarios de FORBES.

Demandas

Ante la inacción de Twitter, una abogada de Boston, Shannon Liss-Riordan, anunció el jueves que había presentado otro centenar de demandas de arbitraje en nombre de antiguos empleados de Twitter. El arbitraje es un proceso cuasijurídico que generalmente favorece a las empresas frente a los trabajadores individuales, y muchas compañías exigen que los empleados planteen sus disputas allí y no en los tribunales.

Estas nuevas cien demandas se suman a cuatro pleitos, tres denuncias ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales y una ronda previa de otro centenar de demandas de arbitraje que ella y su bufete ya han presentado, en gran medida por motivos jurídicos similares.

En una de las demandas interpuestas por Liss-Riordan, conocida como Cornet contra Twitter, un juez federal de San Francisco dictaminó el mes pasado que la empresa está obligada a indicar en sus acuerdos de indemnización para exempleados que enfrenta múltiples demandas colectivas pendientes. Sin embargo, Twitter aún no lo ha hecho. (Twitter también ha alegado que Cornet debe ser desestimado porque debe decidirse en arbitraje; el juez de San Francisco celebrará una vista sobre esa cuestión específica a finales de este mes).

Si los exempleados firman el acuerdo de despido –sea cuando sea– es probable que estén renunciando a su derecho a demandar a la empresa.

«Es una gran sorpresa que aún no hayan enviado nada«, dijo Liss-Riordan a FORBES. «No sabemos qué está pensando Elon Musk«.

Otros abogados de Los Ángeles y Nueva York también presentaron demandas de arbitraje comparables en nombre de exempleados a finales del año pasado.

Lisa Bloom, abogada principal de su propio bufete con sede en Los Ángeles, The Bloom Firm, que ahora representa a antiguos empleados de Twitter, dijo a FORBES por correo electrónico que sus otros clientes han tenido experiencias similares.

«Los trabajadores de Twitter han recibido sus dos meses de salario base continuado y algunos (pero no todos) de sus beneficios durante dos meses, del 4 de noviembre al 4 de enero», escribió. «El prometido tercer mes nunca llegó«.

Por su parte, Liss-Riordan sigue desconcertada, y señaló los tuits del CEO de Twitter de la madrugada del jueves.

«El último tuit que vi de él fue sobre Kevin McCarthy, así que está realmente centrado en sus antiguos empleados», observó con ironía.

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