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Así es el último jumbo

Boeing cierra definitivamente la cadena de montaje del mítico 747.

Es y será extraño. Tras 54 años ininterrumpidos, la cadena de ensamblaje de los Boeing 747 de Everett, al norte de Seattle, ya no tiene ningún jumbo en construcción. Con la salida del hangar de un 747-8 en versión carguera para la compañía Atlas Air se acaba un capítulo importante de la historia de la aviación civil mundial: la del gigante que revolucionó la manera de volar.

El impresionante edificio del que ha salido la última unidad construida tiene una capacidad de 8.240.202 m3 y es el más grande del mundo. Se construyó en los años 60 con la intención de poder trabajar en el proyecto más ambicioso de la historia de Boeing. La idea del 747 como avión de pasaje surgió de un día de pesca entre directivos de aerolíneas y del fabricante de aeronaves. El legendario Juan Trippe, presidente de Pan American y archienemigo de Howard Hughes, propietario de la TWA, expresó su interés en un modelo mucho más grande que los Boeing 707 y Douglas DC-8, aviones que estrenaron la era del reactor. Si la velocidad de estos hirió de muerte a los viajes regulares en transatlánticos, la capacidad del nuevo avión liquidó la viabilidad de mantener las líneas marítimas entre continentes.

Y es que el Boeing 747 fue, desde su nacimiento, un avión fuera de lo normal: un cuatrirreactor gigante con una capacidad de carga imbatible, un puente superior adaptado como salón para viajeros de primera clase y una clase turista con tanta capacidad que por economía de escala permitía ofrecer butacas a precios impensables hasta entonces. Con este nuevo modelo empezó realmente la democratización de la aviación comercial y su posterior boom.

Durante la construcción del primer prototipo, 26 aerolíneas de todo el mundo mostraron su interés por este modelo revolucionario y fueron 26 auxiliares de vuelo de estas transportistas, las que bautizaron a la primera unidad en el mismo hangar del que hace unas semanas salió el ultimo avión. El cliente de lanzamiento fue Pan Am, que inicialmente firmó un pedido por 25 unidades. Era cuestión de prestigio, de ser la mejor y de consolidarse como la gran compañía estadounidense: el vuelo inaugural fue el 21 de febrero de 1970 y lo amadrinó Pat Nixon, esposa del 37o presidente de EE UU. Pan American llegó a lo más alto con aquel vuelo Nueva York-Londres. Lo hizo tan solo dos años después que Stanley Kubrick estrenase 2001: Una odisea del espacio, donde el doctor Heywood Floyd viajaba de la Tierra a una estación espacial a bordo de un trasbordador de la Pan Am. Aunque fuera en la ficción, Trippe consolidaba la idea del poderío de su línea aérea, que junto a Air France, tenia la red de vuelos más grande del planeta.

La francesa fue, precisamente, una de las primeras compañías que voló el aparato, convertido en símbolo de prestigio para las aerolíneas y de confort y fiabilidad para los pasajeros. En España, entre 1970 y 2015 llegaron a volar una treintena de jumbos con seis aerolíneas diferentes, siendo Iberia la principal operadora.

El avión evolucionó técnicamente con los tiempos y se hicieron varias versiones, aunque su imagen exterior no varió en exceso: siempre imponente y enorme solo tuvo un rival, el A380, la apuesta europea por un avión gigante, bien aceptada inicialmente, aunque Airbus cerró su cadena de montaje el año pasado con 254 unidades construidas, muy lejos de las previsiones.

Los nuevos bimotores de Boeing y Airbus como los B777, B787 y A350, mucho más económicos de operar y capaces de ofrecer más líneas directas, dieron de lleno en la línea de flotación de los aviones gigantes en Europa y Estados Unidos. Las compañías dejaron de comprar A380 y B747, finiquitando su vida comercial, aunque durante muchos años seguiremos viendo a los 747 y los 380 despegando y aterrizando aeropuertos de todo el mundo, incluido el más famoso: el Air Force One norteamericano.

Las cifras

  • Desde que entró en producción hace 54 años, Boeing ha construido un total de 1.574 jumbos.
  • La serie 8, última variante del 747, es el avión más largo en servicio: tiene 76,2 metros.
  • El precio de catálogo del Boeing 747-8 superaba los 400 millones de dólares por unidad, en total 403 millones.
  • 14.815 kilómetros es la distancia máxima que puede volar el jumbo más avanzado sin necesidad de repostar.

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