Para muchos hedge funds, la «forzada» compra de Twitter por parte de Elon Musk, por valor de 44.000 millones de dólares, representó una operación de dinero fácil.
«No había que ser un genio para darse cuenta de que ese acuerdo iba a terminar», comentó Carl Icahn en el Forbes Iconoclast Summit celebrado el tres de noviembre, añadiendo que habría considerado la posibilidad de librar una batalla por poderes si el acuerdo no se concretaba.
Icahn dijo a la audiencia en la New York’s Historical Society que obtuvo un beneficio de unos 250 millones de dólares al invertir en Twitter este verano. Pero no fue el único que se benefició. Los archivos regulatorios muestran que los fondos de cobertura liderados por multimillonarios, incluyendo Citadel Advisors, Millennium Management, D.E. Shaw y Third Point, construyeron grandes posiciones en Twitter en el segundo y tercer trimestre, así como otras firmas entre las que se encuentran Pentwater Capital y Farallon Capital.
Musk firmó un acuerdo de fusión para comprar Twitter por 54,20 dólares por acción en abril, pero los títulos llegaron a cotizar a 32,65 dólares en julio, cuando intentó rescindir el trato. Esto creó una oportunidad de arbitraje para obtener una rentabilidad de hasta el 66% para los inversores que dudaban de que Musk tuviera muchas posibilidades de echarse atrás en el Tribunal de Delaware.
La presentación 13-F del tercer trimestre de Icahn ante la SEC muestra que poseía 12,5 millones de acciones de Twitter a treinta de septiembre. El multimillonario explicó en el Summit de FORBES que compró a treinta dólares de media –si compró a un precio medio de 35 dólares por acción y obtuvo un beneficio de 19,20 dólares por cada una cuando la operación se cerró al precio original de 54,20 dólares por título el 28 de octubre, habría obtenido un beneficio de 240 millones de dólares.
El único fondo que hizo una apuesta mayor que Icahn fue Pentwater Capital Management, con sede en Naples (Florida), fundado por Matthew Halbower en 2007. Compró 18,1 millones de acciones durante el segundo trimestre y añadió otros 5,3 millones de acciones al final del tercer trimestre. Si compró esos 24 millones de acciones al precio medio de cierre de las acciones de Twitter, 40,16 dólares en el primer trimestre y 41,05 dólares en el segundo, y las mantuvo hasta la finalización de la adquisición en octubre, habría obtenido 324 millones de dólares de beneficios, aunque su archivo 13-F muestra que cubrió parte de esas ganancias comprando también opciones de venta. Pentwater no respondió a una solicitud de comentarios.
En total, FORBES encontró trece fondos de cobertura que invirtieron más de cien millones de dólares en aumentar sus participaciones en Twitter entre el final del primer trimestre y el final del tercer trimestre de este año. Nos pusimos en contacto con cada uno de ellos para pedirles el precio medio de compra, y estimamos que compraron al precio medio de cierre de Twitter en cada trimestre si no había información más precisa. Estos fondos compraron acumulativamente más del 10% de la red social en los seis meses anteriores al treinta de septiembre y probablemente obtuvieron más de mil millones de dólares de beneficios en la operación.
GANADORES DE TWITTER
Estos hedge funds fueron los que más añadieron a sus posiciones en Twitter durante la primavera y el verano y, probablemente, obtuvieron beneficios si se mantuvieron hasta la compra de Elon Musk.
Estas cifras no incluyen las acciones adicionales que las empresas puedan haber comprado en octubre, cuando los márgenes eran más estrechos mientras Musk ultimaba la adquisición, y tampoco incluyen las posibles operaciones que tuvieron lugar dentro de cada trimestre. Los archivos 13-F muestran una simple instantánea de las tenencias de acciones de cada empresa en el último día de cada trimestre y no proporcionan suficiente información para precisar las ganancias y pérdidas exactas, pero a menudo representan la imagen más completa de lo que los fondos están comprando y vendiendo.
Entre los mayores ganadores se encuentran Segantii Capital Management, con sede en Hong Kong y fundada por el inversor británico Simon Sadler; y Farallon Capital, la firma con sede en San Francisco fundada por Thomas Steyer en 1986 y ahora dirigida por Andrew Spokes.
Greenlight Capital, de David Einhorn, inició una posición de 4,3 millones de acciones en el tercer trimestre, según su archivo 13-F, y escribió en una carta a los inversores vista por FORBES que el precio medio de compra era de 37,24 dólares por título. Esperaba que el Tribunal de Delaware se cuidara de invitar a futuras demandas por remordimiento del comprador si dejaba que Musk se marchara.
«La jurisprudencia al respecto es bastante clara. Si se tratara de cualquier otra persona que no fuera Musk, calcularíamos que las probabilidades de que el comprador se saliera del acuerdo serían mucho menos del 5%», escribió Einhorn en la carta antes de que se cerrara la operación. «A este precio hay 17 dólares por acción de subida si TWTR se impone en los tribunales y creemos que unos 17 dólares por acción de bajada, si el acuerdo se rompe. Por lo tanto, estamos obteniendo 50-50 de probabilidades en algo que debería suceder el 95%+ de las veces».
Musk vio las cosas claras y dio marcha atrás en octubre, aceptando pagar el precio completo como esperaban estos inversores. Sus primeras semanas como propietario de Twitter han estado marcadas por la confusión y las quejas después de que abriera la verificación a cualquiera que estuviera dispuesto a pagar 8 dólares al mes, provocando una oleada de cuentas paródicas «verificadas», y despidiera a 3.700 empleados, casi la mitad de su plantilla. Ha advertido al personal de Twitter que «la bancarrota no está descartada«, pero si su inversión de capital de 44.000 millones de dólares se esfuma, los fondos de cobertura a los que pagó ese dinero se reirán hasta el banco.