«Está despedido».
Con esas palabras, tuiteadas poco después de las ocho de la mañana, hora del Pacífico, del lunes, el CEO de Twitter, Elon Musk, despidió a un veterano ingeniero que había cuestionado públicamente a su nuevo jefe. La empresa tardó unas cinco horas en desactivar el acceso de Eric Frohnhoefer a su ordenador portátil.
Cuando FORBES se puso en contacto con Frohnhoefer por teléfono el lunes por la tarde, el ingeniero dijo que no había recibido ninguna comunicación formal de la empresa sobre su repentino despido.
«No, nada», dijo. «Son una panda de cobardes«.
Que el nuevo director ejecutivo de Twitter esté despidiendo a ingenieros veteranos por capricho, en público, es indicativo de la dirección que Musk ha adoptado para dirigir la empresa.
En las pocas semanas transcurridas desde que Musk compró Twitter, ha despedido sumariamente al anterior equipo ejecutivo y a un 50% de la plantilla de la empresa. Ha instituido un plan chapucero para que los usuarios paguen ocho dólares por una cuenta «verificada», sin que exista ningún procedimiento para la verificación real. Con la suplantación de identidad que afecta a las cuentas de personajes públicos y empresas, algunos grandes anunciantes, como General Mills y Volvo, han retirado sus dólares de la plataforma. Mientras tanto, Musk sigue tuiteando, actuando como agente del caos de la empresa y como su autoproclamado caballero blanco.
La disputa entre Musk y Frohnhoefer comenzó cuando Musk tuiteó el domingo por la mañana que quería «disculparse por el hecho de que Twitter sea súper lento en muchos países».
Unas horas más tarde, Frohnhoefer respondió en Twitter: «He pasado ~6 años trabajando en Twitter para Android y puedo decir que esto está mal».
Los dos se enzarzaron en un debate público en Twitter sobre cuestiones técnicas relacionadas con el rendimiento de la aplicación para Android, y Musk preguntó en un momento dado el domingo por la tarde: «Twitter es súper lento en Android. ¿Qué habéis hecho para solucionarlo?».
Ese mismo día, después de que otro usuario interviniera en el hilo para amonestar a Frohnhoefer por criticar a Musk en público, éste respondió: «Quizá debería hacer las preguntas en privado. Quizá usando Slack o el correo electrónico».
Luego, el lunes por la mañana, a las 8:01 (hora del Pacífico), un tercer usuario intervino: «Con este tipo de actitud, probablemente no quieras a este tipo en tu equipo».
Apenas un minuto después, Musk lanzó el mensaje –»está despedido»– y Frohnhoefer respondió con un emoji de saludo.
Frohnhoefer, de 41 años, que lleva más de ocho en la empresa, dijo que el final llegó de forma bastante abrupta, justo alrededor de la una de la tarde, hora del Pacífico, del lunes.
«Mi portátil se apagó y ahora no puedo volver a entrar en él», dijo.