Saudi Aramco, la mayor petrolera mundial, registró un beneficio neto atribuido de 48.400 millones de dólares (47.158 millones de euros) en el segundo trimestre de 2022, lo que representa un nuevo récord trimestral y casi el doble de las ganancias de la petrolera estatal saudí entre abril y junio del año anterior gracias a la fuerte subida de los precios del crudo por la guerra en Ucrania y la mayor demanda tras la pandemia.
De este modo, en los seis primeros meses del año Aramco alcanzó un beneficio récord de 87.900 millones de dólares (85.644 millones de euros), un 86,2% más que las ganancias de 47.200 millones de dólares (45.988 millones de euros) en la primera mitad de 2021.
«El aumento en ambos períodos se debió principalmente a los mayores precios del crudo y volúmenes vendidos, así como a unos sólidos márgenes de refinación durante el segundo trimestre y a mayores márgenes de ‘downstream’ en la primera mitad de 2022″, explicó la empresa.
La petrolera saudí anunció, además, que repartirá en el tercer trimestre del año 18.800 millones de dólares (18.317 millones de euros) en dividendos correspondientes al segundo trimestre, manteniendo así estable la cantidad distribuida trimestralmente entre sus accionistas.
El presidente y consejero delegado de Aramco, Amin H. Nasser, destacó que los resultados récord del segundo trimestre reflejan la creciente demanda de los productos de la empresa, particularmente como productor de bajo coste con una de las intensidades de carbono más bajas de la industria.
«Si bien la volatilidad del mercado global y la incertidumbre económica permanecen, los eventos durante la primera mitad de este año respaldan nuestra opinión de que la inversión continua en nuestra industria es esencial, tanto para ayudar a garantizar que los mercados permanezcan bien abastecidos como para facilitar una transición energética ordenada», añadió.
En este sentido, el máximo ejecutivo de Aramco expresó la confianza de la petrolera en que la demanda de crudo siga creciendo durante el resto de la década, a pesar de las presiones económicas a la baja sobre las previsiones mundiales a corto plazo.