La tecnología está cambiando nuestro mundo. Tanto es así que la mayoría de los niños que van hoy a la escuela realizarán trabajos que todavía no existen. E incluso para los que ya estamos en activo, los trabajos que realizamos cambiarán sin duda: muchos evolucionarán, otros se quedarán obsoletos y surgirán muchos nuevos empleos.
Así que, cuando pensamos en las habilidades esenciales para el éxito en el trabajo, tenemos que tener en cuenta no sólo los que existen ahora, sino el tipo de empleos que pueden existir en el futuro. En un mundo en el que cada vez más puestos de trabajo (y parte de ellos) se ceden a las máquinas.
Dicho esto, puede que te sorprendan algunas de estas habilidades esenciales para el éxito. En este nuevo y valiente mundo digital, las habilidades esenciales se inclinarán mucho más hacia las habilidades blandas. Sin duda, todos tendremos que sentirnos cómodos trabajando con herramientas digitales, pero la inmensa mayoría de las habilidades más demandadas serán habilidades blandas. Las cosas que las máquinas no pueden hacer, básicamente.
Basado en mi libro Future Skills: The 20 Skills and Competencies Everyone Needs to Succeed in a Digital World, aquí están las 20 habilidades que creo que serán esenciales para el éxito en un mundo digital:
- Alfabetización digital
Esto abarca las habilidades digitales necesarias para aprender, trabajar y navegar por la vida cotidiana en nuestro mundo digital. Por lo tanto, estamos hablando de cosas como el uso de dispositivos, software y aplicaciones con confianza; la comunicación y la colaboración a través de herramientas digitales; el manejo de datos de una manera adecuada y segura; mantenerse al tanto de las nuevas tecnologías; y mantenerse seguro online.
- Alfabetización en datos
Sin duda, los datos son ahora un activo empresarial preciado, lo que significa que las organizaciones de todo tipo querrán emplear a personas con conocimientos de datos. En un contexto empresarial medio, la alfabetización en datos significa ser capaz de acceder a los datos apropiados; trabajar con los datos con confianza (creando/recopilando datos, manteniéndolos actualizados, etc.); extraer el significado de los datos; y comunicar esas ideas basadas en datos a otros. También es importante cuestionar la integridad y la validez de los datos con los que se trabaja, en lugar de seguirlos ciegamente.
- Habilidades técnicas
Esto abarca la gran variedad de habilidades «duras» que son necesarias para muchos trabajos. Si eres contable, por ejemplo, tus habilidades profesionales de contabilidad son habilidades técnicas. Lo mismo ocurre con un fontanero, un enfermero, un camionero, un abogado, un profesor, un peluquero, un gestor de proyectos, un carpintero, un desarrollador de software, etc. Sean cuales sean las habilidades técnicas requeridas en tu campo, invierte en mantener esas habilidades al día.
- Conocimiento de las amenazas digitales
Esencialmente, esto significa ser consciente de los peligros de estar online o de utilizar dispositivos digitales –piensa en la piratería informática, el phishing, las violaciones de la privacidad, el ciberacoso, la adicción digital, etc.– y tener las herramientas para mantenerse a salvo (y a su organización).
- Pensamiento crítico
En esta era de noticias falsas, burbujas en las redes sociales y sobrecarga de información, el pensamiento crítico es una de las habilidades blandas más vitales para cultivar el éxito. Pensar de forma crítica es pensar de forma objetiva, es decir, analizar cuestiones o situaciones basándose en pruebas (en lugar de opiniones personales, prejuicios, etc.). Sólo así se puede construir una comprensión profunda de lo que realmente está pasando y, a su vez, tomar mejores decisiones. Esto me lleva a…
- Juicio y toma de decisiones complejas
El mundo actual va tan acelerado que nos obliga a pensar y a actuar más rápido, tenemos más información que nunca, lo que nos hace propensos a la sobrecarga de información. Todo ello complica nuestra capacidad de tomar buenas decisiones. Por eso debemos invertir en nuestra capacidad de tomar decisiones. Para mí, esto también incluye reconocer el impacto que las preferencias personales, los valores y las creencias tienen en el juicio.
- Inteligencia emocional y empatía
Mientras haya humanos en el lugar de trabajo y exitan las relaciones entre ellos, siempre necesitaremos inteligencia emocional y empatía. La inteligencia emocional es la capacidad de conocer, expresar y controlar nuestras emociones. Una persona emocionalmente inteligente es consciente de que sus emociones influyen en su comportamiento y afectan a los que le rodean, y es capaz de gestionar esas emociones en consecuencia. La empatía, o la capacidad de ver el mundo desde la perspectiva de otra persona, es un componente clave de la inteligencia emocional.
- Creatividad
La creatividad –el acto de convertir ideas imaginativas en realidad– es absolutamente necesaria en el lugar de trabajo, especialmente a medida que cedemos cada vez más tareas rutinarias a las máquinas. La creatividad es lo que permite pensar de forma creativa (es decir, tener nuevas ideas, imaginar más allá del statu quo) y resolver problemas (poner en práctica ideas para solucionar problemas o mejorar las cosas).
- Colaboración y trabajo en equipo
Esta es una de esas habilidades que parece obvia para el éxito en el trabajo, así que ¿por qué incluirla? Porque la naturaleza de la colaboración y el trabajo en equipo cambiará a medida que los equipos evolucionen para incluir trabajadores híbridos, trabajadores totalmente remotos, contratistas y, potencialmente, otros empleados de la empresa que «flotan» entre proyectos y equipos. Con estos equipos distribuidos, necesitaremos más que nunca habilidades de colaboración.
- Comunicación interpersonal
La comunicación interpersonal en todas sus formas –orales, escritas, no verbales y, sobre todo, la escucha– sigue siendo una habilidad vital para el éxito en el trabajo. Es importante reconocer que no todos nos comunicamos de la misma manera, y si puedes identificar tu(s) propio(s) estilo(s) de comunicación, y los estilos de los demás, estarás mejor situado para adaptar tu estilo de comunicación a las diferentes audiencias.
- ‘Gig economy’
Aconsejo a todo el mundo que se prepare para un futuro en el que más gente trabaje como «agentes libres». Aunque sigas teniendo un empleo tradicional, la capacidad de los autónomos para ser flexibles y asumir la responsabilidad de su propio desarrollo profesional es algo de lo que todos podemos aprender. En otras palabras, la «economía de los gigas», como se le llama a menudo, es una tendencia que nos concierne a todos.
- Adaptabilidad y flexibilidad
En los lugares de trabajo del futuro, el cambio va a ser un factor impulsor aún mayor que el actual. Tendremos que enfrentarnos a las nuevas tecnologías, al aumento de la automatización, a la rápida evolución del ritmo de trabajo y, con toda probabilidad, a la interrupción periódica y generalizada de los negocios. Esto significa que todos debemos desarrollar la resiliencia mental para prosperar en medio del cambio constante. La adaptabilidad –o la capacidad de ajustarse a las nuevas condiciones– es clave para ello. Las personas adaptables tienen la mente abierta, son curiosas, están dispuestas a cambiar y aprender cosas nuevas, y se centran en las oportunidades, no en los obstáculos.
- Inteligencia cultural y conciencia de la diversidad
Parte de la creación de un mundo más justo, y de organizaciones más justas, consiste en ser respetuoso con nuestras múltiples diferencias –como la raza, el género, la edad, la orientación sexual, el estatus socioeconómico, la (des)capacidad, etc.– en lugar de pasarlas por alto. Esto, en pocas palabras, es la conciencia de la diversidad: una conciencia básica de la diversidad y el reconocimiento de que la diversidad es algo bueno. Por su parte, la inteligencia cultural (también conocida como cociente cultural, o CQ) se refiere a nuestra capacidad para relacionarnos con otras personas de diferentes orígenes.
- Conciencia ética
La transformación digital ha dado lugar a toda una serie de nuevos retos éticos que hay que superar: pensemos en los dilemas que rodean a la inteligencia artificial, por ejemplo, o en el uso de los datos personales de las personas. Además, hay que tener en cuenta las posibles consecuencias de los errores éticos en el mundo digital actual, donde los escándalos pueden propagarse por Internet en un momento. No es de extrañar que las empresas se estén dando cuenta rápidamente de que la ética es un tema crítico, lo que significa que cada vez más querrán contratar a personas que puedan ayudarles a superar los desafíos éticos.
- Habilidades de liderazgo
Un buen liderazgo consiste en asegurarse de que otras personas puedan prosperar. Pero si cree que esto se aplica sólo a los que están en la cima de la escalera, piénselo de nuevo. La combinación de factores que darán forma al trabajo del siglo XXI –equipos distribuidos, aumento de la diversidad, la transición de los seres humanos a tareas más creativas, la economía de los trabajos por encargo, las estructuras organizativas fluidas, etc.– significa que las habilidades de liderazgo serán importantes no solo para aquellos que desempeñan funciones de liderazgo tradicionales, sino cada vez más para aquellas personas de toda la empresa de las que se espera que lideren, ya sea que dirijan un proyecto o un departamento completo.
- La marca «tu» y el ‘networking’
Construir y mantener la marca personal es una parte importante del trabajo. Y se está volviendo importante en profesiones mucho más allá de los ámbitos de los influencers, los empresarios y los gurús. En esta era digital, la reputación –la de todos, en realidad– existe en el mundo online tanto como en el mundo offline. Puedes aprovechar esto para establecer tu experiencia, hacer crecer tu red, hacer nuevas conexiones, mejorar tu carrera y, si eres autónomo, ganar nuevos negocios.
- Gestión del tiempo
Tanto si trabajas desde casa, como si lo haces a tiempo completo en una oficina, diriges tu propio negocio o trabajas para una organización, la capacidad de gestionar tu tiempo de forma eficaz es esencial para tu rendimiento en el trabajo y, francamente, para tu salud mental. Es importante destacar que la gestión del tiempo consiste en trabajar de forma más inteligente, en lugar de trabajar más duro o durante más tiempo. Una persona que sepa gestionar su tiempo sabrá cuándo es más productiva y utilizará ese tiempo de forma inteligente, reservando las horas menos productivas para otras tareas (o pasiones no laborales). De este modo, la gestión del tiempo consiste en crear un mejor equilibrio entre la vida laboral y la personal.
- Curiosidad y aprendizaje continuo
Si tuviera que elegir una sola habilidad que creo que todo el mundo debe cultivar, sería la curiosidad y el aprendizaje continuo. Sea cual sea tu edad, sea cual sea tu sector, si consigues despertar tu deseo de aprender, te estarás dando la mejor oportunidad de tener una vida exitosa y satisfactoria. Especialmente en el contexto laboral, la curiosidad y el aprendizaje continuo son fundamentales para poder (y querer) aceptar el cambio. Garantiza que tus habilidades se mantengan nítidas, que puedas seguir el ritmo de las grandes transformaciones que se producen y que sigas siendo relevante.
- Aceptar y celebrar el cambio
Ya he mencionado la adaptabilidad –la resiliencia mental para prosperar en medio del cambio–, pero los individuos y las organizaciones también necesitarán las habilidades prácticas para abrazar el cambio. Para mí, el lado práctico de la aceptación del cambio implica dos procesos diferentes: aprender a gestionar el cambio con éxito (es decir, impulsar e implementar el cambio) y aprender a navegar por el cambio desde una perspectiva más personal (es decir, cuando estás en el extremo receptor del cambio).
- Cuidar de uno mismo
Con tantas cosas que pasan en el mundo y con el rápido ritmo de cambio, todo puede parecer un poco abrumador, por lo que hay que invertir tiempo y energía en cuidarse bien: cuidar la salud mental y física, hacer ejercicio, reducir el estrés, comer alimentos nutritivos, mantener una rutina de sueño saludable y pasar tiempo de calidad con las personas que importan. Esencialmente, pues, estamos hablando de crear una vida más equilibrada, en la que separes tu vida laboral de la no laboral y, fundamentalmente, te sientas realizado en ambas.