30 años volando a ras del suelo

Mucho han cambiado las cosas desde que aquel primer viaje entre Madrid y Sevilla de 1992 que revolucionaría para siempre nuestra manera de conectar personas y territorios. Por primera vez en mucho tiempo, podíamos decir con orgullo que España era un espejo en el que mirarse, convirtiendo el ferrocarril, que hasta ese momento lastraba cierta imagen de antigüedad e ineficiencia, en el icono de alta tecnología que es a día de hoy. Es más, en estos treinta años la alta velocidad española no solo ha conseguido plantarle cara al avión como medio de transporte preferido en recorridos de larga distancia, es que a día de hoy le supera con creces en cuota de mercado.

Y todo ello se ha conseguido gracias a la visionaria marca que ha conseguido evolucionar hasta nuestros días sin perder ni un ápice de su esencia: AVE. Ese “avión a ras de tierra”, como se denominó en un principio, que cambió la forma de viajar definitivamente. Y no solo por la posibilidad que ofrecía de llegar de una ciudad a otra en tiempos récord, sino por toda la experiencia que ofrece en el interior de sus vagones, su confort, su puntualidad y por las atenciones en las clases Club y Preferente que nada tienen que envidiar a la primera clase de los vuelos comerciales. Una apuesta por la calidad que ha permitido a Renfe convertirse en uno de los principales reclamos de la Marca España en muchos de sus frentes. No sólo a la hora de reivindicarse como una de las formas preferidas de los ejecutivos y hombres de negocios para moverse entre ciudades, también convirtiéndose en un puntal imprescindible de transporte en un país de la talla turística internacional de España.

Pero la alta velocidad española no es solo AVE. Durante estos treinta años, el catálogo se ha ido complementando con otros servicios adaptados a las necesidades de cada tipo de viajero. Un proceso que ha permitido, por ejemplo, cubrir de forma más eficiente pequeñas y medias distancias, lo que hoy conocemos como Avant. O los servicios Alvia, que desde 2006 consiguen salvar los dos tipos de ancho de vía (internacional e ibérico) que existen en nuestro país, consiguiendo llevar la alta velocidad a millones de españoles que viven, por ejemplo, en Pamplona, Cádiz, Asturias, Cantabria, Logroño o País Vasco.

El caso es que todos estos esfuerzos han llevado a que más de 464 millones de viajeros hayan utilizado servicios de alta velocidad desde 1992. El dato es la suma de todos los viajes que a lo largo de estos 30 años se han realizado tanto en los trenes Ave como en los Avant y en los Alvia, todos ellos capaces de circular total o parcialmente por las líneas de alta velocidad. De este total, 280,6 millones han utilizado servicios que sólo han circulado por vías de ancho estándar (Ave y Avant), en tanto que otros 93,2 millones han utilizado trenes de rodadura desplazable, que Renfe comercializa hoy fundamentalmente con la marca Alvia. 

Esto demuestra que la llegada de la alta velocidad supuso un revulsivo en el mercado del transporte colectivo en España. Los viajeros cambiaron su punto de vista y comenzaron a ver el tren como un medio de transporte más amigable, confortable y rápido y a preferirlo como el modo idóneo para sus desplazamientos interurbanos. Y los retos no acaban ahí. El último en incorporarse al catálogo de RENFE ha sido AVLO, un nuevo servicio de bajo coste que cuenta con características similares al AVE: igual de rápido, igual de confortable y seguro, pero más asequible y optimizado para viajeros procedentes de otros medios de transporte. Ya está disponible para las rutas Madrid-Barcelona y Madrid-Valencia, y forma parte de la estrategia que marcará los próximos años, enfocada a hacer los viajes aún más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.

A esto hay que sumar la extensión de la línea de alta velocidad servicio AVE desde Zamora hasta Ourense por el nuevo tramo de alta velocidad. Un estreno que ha supuesto importantes mejoras en el servicio para todas las ciudades gallegas, un incremento de la oferta y una reducción considerable de los tiempos de viaje en todos los trayectos que se realizan entre Madrid y Galicia con trenes del servicio Alvia.

Esta última incorporación al mapa de la alta velocidad es un indicativo más de que Renfe, 30 años después de la puesta en marcha del primer servicio de alta velocidad, sigue siendo la empresa de transporte ferroviario que eligen los viajeros para trayectos de larga distancia peninsulares. Un liderazgo que no se queda solo dentro de nuestras fronteras, ya que Renfe apuesta en estos momentos por ampliar de forma imparable su presencia internacional en países como Estados Unidos, Arabia Saudí, Francia o México, siempre comprometida con un transporte seguro, eficiente y de calidad, que se diferencia de otras alternativas de transporte y se adapta en cualquier situación a las necesidades y demandas de sus clientes.

Ahora llega el momento de seguir creciendo, de seguir construyendo trayectos más eficientes y de aprovechar todo ese conocimiento adquirido para llevar la Alta Velocidad fuera de nuestras fronteras.