El pasado miércoles, 6 de abril, Bloomber publicaba que Florentino Pérez, presidente de ACS, sopesaba comprar Atlantia, junto con los fondos Global Infrastructure Partners (GIP) y Brookfield. Sin embargo, la familia Benetton, que controla el 33% de la compañía italiana de autopistas, ha rechazado la oferta.
En un comunicado difundido por Edizione, la sociedad a través de la cual controlan Atlantia, los Benetton explican que la decisión se debe a que quieren conservar las raíces italianas del gigante de las infraestructuras: «La inversión en Atlantia tiene un carácter estratégico y Edizione pretende seguir contribuyendo al desarrollo sostenible de su valor, manteniendo las raíces italianas de la empresa en el marco de un diseño industrial que realza el enfoque en las infraestructuras de transporte, caracterizadas por la sostenibilidad y la innovación para la futura movilidad de las personas y bienes», justifican.
Los orígenes de Atlantia se remontan a 1950, cuando el IRI (Instituto para la Reconstrucción Industrial) crea Autostrade Concessioni e Costruzioni SpA, una empresa que seis años más tardes consiguió cofinanciar, construir y operar la Autostrada del Sole entre Milán y Nápoles; y poco después, en la década de los 60, muchas otras autopistas italianas.
Fue en el año 1999, cuando se privatizó la compañía, que Edizione de la familia Benetton, se convirtió en el núcleo principal de accionistas de Autostrade. Y unos años más tarde, en 2003, se dividió la empresa entre aquellos negocios que tenían que ver con las autopistas y los que no. Así nació Autostrade per l’Italia, actualmente propiedad en un 88,06 % de Atlantia (entonces Autostrade SpA), una sociedad holding que cotiza en la Bolsa de Milán.
El crecimiento de la compañía no ocurrió solo dentro de las fronteras italianas. En 2005 empezó un proceso de expansión por el resto del mundo, y consiguió los contratos de diversas autopistas de peaje en países como Brasil, Chile, India o Polonia.
Después, en la década del 2010, al adquirir dos aeropuertos en Roma, la compañía se metió en el negocio aeroportuario. En 2016 también se hizo con Aéroports de la Côte d’Azur, que controlaba los aeropuertos de ciudades como Niza, Cannes y Saint Tropez.
Entre 2017 y 2018 compró gran parte de Abertis y se convirtió en la compañía líder mundial en infraestructuras de transporte y sistemas integrados de pago relacionados con el transporte. Durante esos años, se hizo con el 53,1% de Red de Carreteras de Occidente en México y el 55,2% de Elizabeth River Crossing en Estados Unidos. También adquirió Getlink, el holding que gestiona el Eurotúnel en el Canal de la Mancha
Es precisamente Abertis el núcleo que une actualmente a la compañía de Florentino Pérez y con el grupo italiano, ya que son socios. Si Atlantia controla el 50% más una acción de Abertis, la otra mitad menos una acción pertenece a ACS.
En la actualidad, Atlantia tiene una deuda de casi 50.000 millones de euros.
